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De Olacapato a España

Sabado, 19 de enero de 2013 21:39

Nació en Campo Quijano en 1945, pero como su padre, don Isidro Santillán, trabajaba en el ferrocarril, vivió en distintos lugares del país. Lo hizo en San Rafael (Mendoza) y en Puerto Madryn (Chubut), hasta que en 1954 la familia se estableció definitivamente en Salta. Aquí, Sergio finalizó el primario en la Remedios Escalada de San Martín e hizo el secundario en la Escuela Normal.

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Nació en Campo Quijano en 1945, pero como su padre, don Isidro Santillán, trabajaba en el ferrocarril, vivió en distintos lugares del país. Lo hizo en San Rafael (Mendoza) y en Puerto Madryn (Chubut), hasta que en 1954 la familia se estableció definitivamente en Salta. Aquí, Sergio finalizó el primario en la Remedios Escalada de San Martín e hizo el secundario en la Escuela Normal.

Se graduó de maestro en 1963 y por dos años ejerció la docencia en Olacapato primero y en Santa Victoria después.

En 1965 ingresó a la Universidad de Tucumán donde se graduó de abogado en 1968.

De vuelta a Salta, trabajó en el Poder Judicial, pero a poco renunció para ejercer la profesión “en la calle”, como dice. Fue abogado de la CGT, de varios sindicatos, del Poder Legislativo donde se relacionó con el sindicalista Olivio Ríos, exvicegobernador de Salta, de quien llegó a ser su amigo personal. En 1973 fue apoderado del PJ y como tal le cupo la responsabilidad de oficializar la fórmula del Frente, Perón-Perón.

En 1976, al producirse el golpe de estado del 24 de marzo, su estudio jurídico fue allanado por los militares. “Este y otros hechos me llevaron al exilio”, comenta Santillán.

Su primer destino fue Venezuela, más precisamente en Valencia. Allí estuvo un año hasta que emigró a España. A Madrid llegó el 1 de junio de 1977, cuidad donde vive desde hace 36 años.

“Llegué -cuenta Santillán-, cuando España vivía el extraordinario proceso de transición democrática. A quince días de mi arribo fueron las primeras elecciones democráticas en 40 años, es decir, desde la Guerra Civil. Desde ese momento comenzó en España el proceso de construir la democracia, proceso que viví con mucha pasión e intensidad”.

En España, gracias a valiosas cartas de recomendación llevadas desde Salta y Venezuela, le cambiaron la vida a Sergio Santillán. “Esas cartas -recuerda-, me introdujeron en un círculo que me permitió trabajar como abogado de la Unión General de Trabajadores (UGT), una de las confederaciones sindicales más viejas del mundo y que es parte de la historia de España”. E ilustra: “La fundó don Pablo Iglesias en 1888 y nunca dejó de funcionar. En la Guerra Civil formó regimientos y muchos de sus dirigentes fueron ejecutados”.

La transición

Ya metido en el proceso de democratización española, Santillán recuerda: “Durante ese período se dictaron varias leyes de amnistía, tocándome participar en muchas oportunidades, como en los procesos que buscaban el reconocimiento de los derechos de quienes habían estado encarcelados”, dice.

“La UGT participó en toda la acción sindical durante el proceso de concertación social, clave en las relaciones laborales. Allí, el gobierno de Adolfo Suárez, el gran genio de la transición, sostuvo: "Imponer leyes sin consensuar es una mala idea. Si ustedes se ponen de acuerdo yo los llevo al Parlamento y eso se hace ley'. Y así fue. Las cosas básicas se pactaron, porque la conflictividad social era tremenda, había huelgas por doquier y además, el terrorismo de ETA hostigaba. La transición española que duró unos 20 años, tuvo momentos delicados, como el intento de golpe de estado de 1981”.

Secretaría General

En todo el proceso posfranquista, el abogado salteño se fue involucrando cada vez más. Primero como abogado de la UGT, luego en su Secretaría General donde estaba Nicolás Redondo, el mítico dirigente sindical español. A partir de entonces, Santillán comenzó a participar más activamente en las negociaciones, pactos, acuerdos y también en la elaboración de proyectos que eran elevados al Parlamento. Este proceso permitió a Santillán participar de la redacción de leyes importantes como la ley de Estatutos de los Trabajadores, norma básica que, con algunas modificaciones, aún rige en España. Sobre esta ley Santillán editó un libro con otro salteño, Armando Caro Figueroa.

Cuando se le pide una reflexión sobre el salto vivencial desde Olacapato a Bruselas, lanza una sonora carcajada en pleno Bar Los Tribunales. “Con franqueza -dice- a veces ni yo mismo creo lo que pasó con mi vida. No me explico un cambio tan extraordinario. Lo que sí puedo decir como reflexión es que lo que viví merecía ser vivido. Me permitió ver y apreciar el extraordinario cambio de la Argentina y de España.

Vi la Unión Europea después de dos guerras que la destrozaron; vi la instauración del euro... Todos hechos históricos.

Extrañar la tierra

A Salta la extrañé tremendamente; los cerros de Quijano y hasta las tormentas, rayos y truenos que aquí tienen una sonoridad única, porque acá, hasta las tormentas tienen tonada. Extrañé la familia, los amigos y las tertulias en el Bar Los Tribunales...

¿Cómo ves al país?

Veo un enorme cambio positivo. Vive en democracia desde 1983. Hasta el "76 viví entre un golpe de estado que se había producido y otro que estaba por venir. En mi niñez, durante el gobierno de Perón, viví una época estable hasta que comenzaron los problemas. Después golpes, presidentes, militares....

Ahora la Argentina vive un momento que no se debe menospreciar. Las diferencias políticas entre gobierno y oposición, en mi opinión, no deben dramatizarse. Sino, veamos cómo le va a Obama con los republicanos o a los laboristas en Inglaterra...

Yo creo que no nos deben extrañar los enfrentamientos políticos. Los partidos políticos existen porque hay diferencias. Es la esencia de la democracia.

¿Y la economía?

La política económica del gobierno no la comparto. Todo este asunto de la inflación y las restricciones no las comparto. Creo que se están tomando medidas que ya fracasaron en el pasado.

Sin inclusión

Creo que, contrariamente a lo que se dice, en el gobierno no hay una política de inclusión. No se están sentando las bases de un estado de bienestar. Recuerdo que cuando el actual canciller Timerman era cónsul en Nueva York fue a dar una conferencia en la embajada argentina en España. Allí dijo: “En dos años la Argentina será como Noruega”. Bueno, no se trata de que seamos Noruega sino que nuestro país eche bases sólidas para que consolide un estado de bienestar; recursos y riquezas no faltan.

¿Se profundizan las diferencias?

Esa crítica que dice: “Los pobres reciben subsidios para no trabajar”, no me la creo. Al que le ofrecen un buen trabajo, estable y bien remunerado, ¿por qué lo va a rechazar?

Pero esta política lo que hace es perpetuar las diferencias. Los grandes beneficiarios, después de 2001, no fueron los pobres, sino otros sectores. Y la Presidenta misma alguna vez lo dijo: “Han ganado más dinero que nunca”, pero el sistema tributario sigue siendo injusto. Un sistema tributario justo es la base de un estado de bienestar. El IVA es alto..., y si tú aquí compras una casa por cien y la vendes por 500, tienes una plusvalía de 400, pero no pagas nada. Solo se paga el 2.5 % del valor de venta. En fin, ejemplos hay muchos.

¿Como ves al “setentismo”?

Lo rechazo totalmente. Es una visión falsa porque no incluye autocrítica sobre las barbaridades que se cometieron. Los crímenes terribles de los montoneros y otros se concretaron cuando gobernaba un presidente electo y el Parlamento funcionaba. Fue sin duda una invitación al golpe de estado, sino que expliquen por qué liberaron los presos abriendo las puertas de las cárceles a patadas mientras el Congreso debatía la ley de amnistía que iba a salir por unanimidad...

El desprecio al Parlamento fue gravísimo; fue un desprecio al estado de derecho, a la democracia. Esa actitud es clave para entender todo lo que vino después.

¿Frecuentas centros de residentes argentinos?

Más que antes. Ahora estamos más organizados. En los primeros tiempos solo eran relaciones personales, pero ahora hay centros en Madrid, Barcelona, Valencia y otras ciudades.

¿Afloran allí las diferencias políticas?

Antes no había problemas pero en la actualidad sí. Ahora hay centros kirchneristas y antikirchneristas. Antes había unidad total y las diferencias se llevaban bien. Ahora las diferencias se acentuaron.

Unión Europea

En 1986, España ingresó a la Comunidad Económica Europea. Por entonces funcionaba en Bruselas el Comité Económico Social que entre otros fines buscaba también bajar la conflictividad social en Europa. Por 24 años Sergio Santillán fue consejero de España en Bruselas ante el Comité Económico y Social, tocándole participar de todas sus actividades desde 1998 hasta 2010.

Trabajar en la UGT le permitió relacionarse, junto a Nicolás Redondo, con distintas personalidades de la política internacional y llegar a casi todos los países del mundo.

Junto a Nicolás Redondo, este abogado salteño conoció en Israel al presidente Shimón Péres y en Suecia a Olof Palme, primer ministro sueco, asesinado en 1986.

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