El Rally Dakar mezcla la pasión por el deporte motor, la adrenalina de una aventura que lleva a los corredores a exigirse físicamente al máximo y la chance de entrar en la historia. Todo es un cóctel que llama poderosamente la atención y que hace que sus aspirantes realicen esfuerzos inesperados para participar. Hay quienes vendieron todo lo que tenían para competir y otros que ponen su salud en peligro para estar en el punto de salida del próximo sábado en Lima.
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El Rally Dakar mezcla la pasión por el deporte motor, la adrenalina de una aventura que lleva a los corredores a exigirse físicamente al máximo y la chance de entrar en la historia. Todo es un cóctel que llama poderosamente la atención y que hace que sus aspirantes realicen esfuerzos inesperados para participar. Hay quienes vendieron todo lo que tenían para competir y otros que ponen su salud en peligro para estar en el punto de salida del próximo sábado en Lima.
El piloto uruguayo Sergio Lafuente permanece grave tras una transfusión de sangre contaminada. El tratamiento de plaquetas al que se sometió buscaba acelerar la recuperación de una lesión en su hombro, para correr en el rally más peligroso del mundo. Hoy, el piloto ya no lucha por llegar a la meta, sino por sobrevivir.
Según medios uruguayos, fue la transfusión de sangre contaminada la que desencadenó el deterioro de su salud. El piloto posee en su sangre dos bacterias desconocidas, lo que le origina fallas en el funcionamiento de sus riñones y la imperiosa necesidad de aplicarle periódicas inyecciones para que su corazón no se sobreexija.
Sergio Lafuente, empresario en el rubro del transporte, siempre estuvo vinculado a los deportes. De joven fue futbolista y posteriormente se dedicó a la halterofilia. En el mundo de las pesas su nombre se hizo reconocido en Uruguay a partir de sus participaciones en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y Atlanta 1996, donde fue sexto y 14§, respectivamente.
Para esta edición que arranca en Lima, la meta del piloto del cuatriciclo Yamaha era mejorar su rendimiento y quedarse con el título del Dakar 2013, pero en el presente solo le queda luchar por su vida, pues su estado es grave y todos los aficionados del rally más peligroso del mundo rezan por su recuperación.
Los riesgos de la prueba
Como todos los deportes extremos, el Dakar tiene sus riesgos. Veintidós pilotos han muerto en la ruta desde que se inició la prueba en 1978. De estos, 16 han sido motociclistas y solamente dos de estas muertes (la del argentino Jorge Andrés Martínez Boero y el francés Pascal Terry) se produjeron en las versiones sudamericanas del rally.
Dos pilotos perdieron la vida compitiendo en Sudamérica. El primero fue el francés Pascal Terry, en el 2009, quien en la segunda etapa de la prueba (Santa Rosa de La Pampa - Puerto Madryn) falleció producto de un edema pulmonar; mientras que el segundo fue el motociclista argentino Jorge Andrés Martínez Boero quien se despistó iniciando la prueba en los tramos de Mar del Plata.
El Dakar tiene su riesgos y quienes compiten en motos se llevan la peor parte.
La villa abrió sus puertas en Perú
Las más de 700 máquinas que este año conformarán la caravana del rally, entre las que se cuentan las de los competidores, equipos, apoyo logístico y de la propia organización de la competencia, comenzaron a ingresar ayer al Village Dakar montado en el Circuito de Playas de Magdalena, sobre las costas de Pacífico, lugar que hace solo tres meses era un inmenso terreno baldío.
Desde las primeras horas de la mañana cientos de peruanos comenzaron acercarse al predio, pese a ser un día laborable, para asegurarse un lugar en las gradas y ser espectadores privilegiados de las verificaciones técnicas, y ya promediando la tarde ya eran miles los que disfrutaban del impresionante despliegue de stands en el predio.
Poco después de que las puertas de la Village Dakar se abrieran al público y cuando la concurrencia era considerable aunque no masiva, el presidente del Perú, Ollanta Humala, llegó al lugar e hizo una recorrida.
Una pista de scalextric, pequeñas villas al estilo árabe, algunas con palmeras y lluvias artificiales propias, piscinas minimalistas y mangrullos se destacan entre los stands de la Villa Dakar, cuyo armado estuvo a cargo de la empresa argentina Venue.
Lo malo
Alejandro Patronelli
El mayor de los hermanos Patronelli, quien en la edición pasada se consagró bicampeón en cuatriciclos, no encontró la motivación para ir a Lima por el tricampeonato y prefirió mirarlo desde afuera. El piloto de Las Flores debutó en 2010 con un segundo puesto, detrás de Marcos, y luego se quedó con la corona en las dos últimas ediciones. La competencia extrañará esas largas etapas junto a su hermano, planificando cada detalle.
Marc Coma
Otro de los pesos pesado que mirará el rally por televisión es el multicampeón español Marc Coma. Una caída en el rally de Marruecos provocó una luxación de su hombro izquierdo y, aunque al principio no parecía algo tan grave como para sacarlo de carrera, finalmente las consecuencias duraron más de lo previsto y el tricampeón debió renunciar. “Con mi condición física actual no puedo afrontar el Dakar al cien por ciento. Pero es solo un paréntesis”, declaró.
Carlos Sainz
El español Carlos Sainz, piloto de autos, retornará a la competencia luego de que Volkswagen decidiera no seguir compitiendo en la prueba partir del 2012. “Con mi experiencia trataré de ayudar al equipo Qatar Red Bull para poder llegar lo mejor preparado posible porque realmente no tenemos tantos días de trabajo”, indicó el experimentado piloto. Su último gran triunfo se dio en el 2010, cuando ganó el Rally Dakar junto a su navegante Lucas Cruz Serna.