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En Santa Fe hace tiempo que se viven tiempos difíciles en relación con el crimen organizado. Este año se registraron ya más de 160 homicidios en Rosario y las bandas de narcotraficantes están a la orden del día. La inseguridad esta vez tocó al propio gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti, quien calificó ayer como un “atentado a la democracia” la balacera que sufrió en su domicilio particular de Rosario. El mandatario la vinculó con el narcotráfico y subrayó que nada lo va a “amedrentar” en su firme compromiso de “combatir a las organizaciones violentas”.
Bonfatti dio ayer al mediodía las primeras declaraciones públicas tras el ataque ocurrido anteanoche en su casa, ubicada en la zona norte de la ciudad, cuando cuatro desconocidos que se trasladaban en dos motocicletas efectuaron catorce disparos contra el frente de la propiedad. Tres ingresaron al living.
El mandatario, quien miraba el partido de Argentina junto a su esposa cuando se produjo el atentado, pronunció un breve discurso en la sede de la gobernación, en Rosario, y deslizó que lo ocurrido está relacionado a “la lucha” encarnada contra “las organizaciones delictivas vinculadas al narcotráfico”.
“No fue un ataque a Bonfatti, fue un ataque a la investidura del gobernador, un ataque a la democracia, a las instituciones, a todos los santafesinos”, señaló. Y agregó que a los grupos violentos se los combate uniendo fuerzas entre el municipio, la Provincia y la Nación.
Bonfatti estuvo acompañado por funcionarios y recibió el apoyo del ministro de Defensa de la Nación, el santafesino Agustín Rossi, quien se ubicó a su lado en la conferencia de prensa.