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Vivo en la ciudad de Salta y en las dos últimas semanas tuve que viajar a varias localidades del interior. Es lamentable el estado en el que los políticos y sus pegatineros dejan todas las ciudades y pueblos. Afiches pegados por todos lados, carteles que con las lluvias y el viento de los últimos días cuelgan de un hilo, pintadas por todas partes. Es increíble porque no hay pared, columna ni siquiera cordones cuneta que se salven de este verdadero salvajismo urbano.
Esperemos que apenas terminen las campañas, los candidatos -ganadores y perdedores- salgan a limpiar todo.
Rosa Oviedo, Ciudad