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Salvador Ragusa continúa en su etapa de entendimiento con su propio plantel y no está dispuesto a arriesgarse a la aventura de reiterar las fórmulas sin ampliar su abanico de posibilidades, en su afán de explotar lo mejor para su nuevo equipo. Así como en su momento ratificó que no pondrá excusas en caso de fracasar en la experiencia de su quinto ciclo en el club de la Vicente López, tampoco quiere dar pasos erráticos, sobre todo en una instancia fundamental y con un panorama futbolístico y numérico complicado.
Es por eso que el adiestrador millonario volvió a experimentar con nuevas fórmulas en su intención de sacarle los mayores réditos al once titular y explotar las mejores virtudes en la búsqueda de la identidad pretendida. El albo volvió a sumar ayer, en turno matutino, algunos minutos con la pelota. En la práctica del jueves ya había ensayado dos modelos diferentes: uno que incluía desde el vamos a Francisco Vazzoler y otro que proponía a Matías Guglielmi en una función de mediapunta para abastecer a Leandro Zárate. Pero esta vez optó por desparramar sus piezas, experimentar con una nueva fórmula incluyéndole dosis de mayor agresividad, con la presencia del juvenil de la cantera millonaria por el andarivel izquierdo, con Matías Ceballos y Claudio Acosta en la mitad de la cancha y con el ex Racing de Olavarría complementándose con la Chancha en la función ofensiva. Esta variante contempla resignar la única referencia de marca en el mediocampo; Luciano Cabrera, con el ingreso de Guglielmi entre los once, y constituiría una apuesta más arriesgada para salir a buscar los tres puntos el próximo martes en La Ciudadela (visitará ese día a las 21.30 a San Martín). Sin embargo, Ragusa terminará por confirmar la opción que más lo seduce tras la última práctica previa a su segunda presentación como DT del albo, que se llevará a cabo hoy por la mañana en el club.
En definitiva, el albo se movió ayer con la siguiente fisonomía y estos hipotéticos once titulares: Martín Perelman en la custodia de la valla; César González, Federico Rodríguez, Gastón Suso y el regreso al primer equipo de Rubén Villarreal; la ratificación de Ivo Chaves que jugará dos partidos consecutivos por primera vez en la temporada; Acosta, Ceballos y Guglielmi completando el dúctil y tentador mediocampo; más las presencias de Vazzoler y Zárate en la delantera. Este modelo no es descabellado teniendo en cuenta la obligación de Gimnasia y su apremiante ubicación en la tabla que no le permite especular
Este “lado B” de Gimnasia es la segunda alternativa para los once iniciales que Ragusa terminará por confirmar hoy; sin embargo, es casi una fija que el mediocampista central uruguayo no cederá su lugar y que el Guly aguardará por un lugar desde el banco de los relevos.
Por otra parte, un aspecto que Ragusa tuvo muy presente desde su llegada, y que no obtuvo sus réditos con Víctor Riggio, es la pelota detenida: el estratega rosarino pretende contar con un “plus” y explotar los atributos de rematadores de César González, Claudio Acosta y Matías Ceballos, por lo que le dedicó en la jornada un buen tiempo a los disparos de larga distancia.
El Profe de a poco comienza a imprimirle su sello a Gimnasia a poco más de 48 horas de una nueva presentación, teniendo en cuenta que los márgenes de recuperación y los tiempos de tolerancia son estrechos.
El albo, con el karma de la última línea
Desde que arribó Salvador Ragusa a Gimnasia cambió “el aire”, según manifestaron en su momento algunos integrantes del plantel. Pero lo que justamente no cambió es la malaria de las lesiones.
El Profe se encontró a su llegada con varios contratiempos en relación a la última línea, a los que aún se sigue enfrentando para rearmar el equipo que visitará el martes al ciruja en el Jardín de la República. El primero en lesionarse fue Ernesto Hernández, afectado por un desgarro que lo marginó del partido con Guaraní y le abrió una nueva chance a Martín Perelman, quien también custodiará la valla ante San Martín, y quizás vuelva a hacerlo frente a Tiro Federal, en Rosario (el domingo 3 de noviembre, a las 11). Otro descartado es Rodrigo López, afectado por una dolencia lumbar que le impide jugar, por lo que fue descartado para el viaje a la vecina provincia.
Para colmo de males, Diego Guidi se transformó en la incertidumbre por estas horas. El zaguero continúa sin entrenar y hoy será nuevamente evaluado, en la última práctica. Federico Rodríguez ocupó su lugar en la zaga en los últimos ensayos y, en caso de no llegar en condiciones, el Bocha lo suplantará en suelo tucumano.
En otro orden, el plantel millonario se embarcará rumbo a Tucucmán mañana, después del mediodía. Ante los imponderables por lesiones, Ragusa no descarta “subir al micro” a un juvenil.
Dos incertidumbres en “el mundo ciruja”
Las lesiones oscurecen el panorama de San Martín de Tucumán, de cara al duelo del martes a la noche ante Gimnasia. Al santo tucumano el torneo le deparará una seguidilla de encuentros en casa (luego del albo, recibirá a Juventud Antoniana, el próximo sábado) para recuperar el aire, pero las anatomías de algunos jugadores son una seria preocupación para el DT Juan Amador Sánchez. A la baja confirmada de Augusto Max, en los últimos días se sumó la imposibilidad de jugar del atacante Miguel Fernández, quien se perderá el duelo contra el albo a raíz de un esguince en su tobillo derecho. Nicolás Riveros se perfila para relevar a Max, mientras que a la vacante en ataque, casi con seguridad, la ocupará Juan Silba, un ex Gimnasia y Tiro, que desfiló sin pena ni gloria en la era Raúl Antuña (2011) y fue “borrado” porque no había convencido su rendimiento. Pave; Cáceres, López, Riveros y Lescano; Seri, Maxi Rodríguez y Domenez; Becica; Ibáñez y Silba serían de la partida el martes.