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La desesperación de los inmigrantes africanos que huyen del hambre, las enfermedades y las guerras civiles volvió a terminar en tragedia ayer, luego de que al menos 35 personas murieran de sed en la parte nigerina del desierto del Sahara intentando llegar a las costas del Mar Mediterráneo, la puerta de entrada al continente europeo.
La mayoría de los inmigrantes que fallecieron eran mujeres y adolescentes y sus cadáveres fueron encontrados a lo largo del camino, en el desierto, según contó a la prensa Rhissa Feltou, el alcalde de Arlit, la ciudad del norte de Niger desde donde se inició la odisea.
Según su relato, un grupo de 60 personas, entre ellas familias enteras de varios pueblos rurales pequeños, partieron en dos camiones desde Arlit con destino a Argelia a mediados de este mes. Cuando cruzaban el desierto, el camión que llevaba a los inmigrantes se averió y, mientras el otro vehículo continuó viaje en busca de repuestos, los inmigrantes iniciaron el camino de vuelta a Arlit a pie.
“Algunos lograron llegar a Arlit y pudieron avisarle al Ejército”, contó el alcalde de la ciudad nigerina. “Pero cuando llegaron a esa zona del desierto la mayoría ya había muerto por deshidratación y los cuerpos estaban disecados por el calor”, completó el funcionario.
Por esa zona del desierto de Niger corre una ruta que suelen utilizar los traficantes de personas que cobran alrededor de unos 3.000 dólares para transportar cada persona desde Niger al norte de Africa, desde donde zarpan a Europa todas las semanas barcazas improvisadas y abarrotadas, según señala un informe de la ONU de 2011.
Los que sí llegan al norte de Africa generalmente lo hacen a través de Argelia, donde la mayoría termina mendigando durante meses y hasta años para poder juntar el dinero suficiente para poder pagar el viaje marítimo.
Si logran reunir el dinero, se embarcan clandestinamente en una nueva travesía incierta, esta vez hacia las costas del sur de Europa, donde ya murieron más de seis mil inmigrantes africanos, y de Medio Oriente en la última década.
No es extraño que los traficantes abandonen a los migrantes en medio del desierto condenándolos a una muerte segura.
Un episodio similar
Khamadédé Alkhagi, miembro de la ONG Aghir Iman, ha ofrecido un relato similar de lo ocurrido y ha dicho que es el segundo drama de este tipo que ocurre en menos de un mes en el país, y recordó que a principios de octubre otros siete inmigrantes perecieron de sed después de que el vehículo que los transportaba tuviera una avería en una zona desértica.
En aquella ocasión, la mayoría de las 52 personas que viajaban a bordo fueron rescatadas con vida después de que tres migrantes lograran llegar a pie a Arlit.