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Con las manos en la masa. Así estaban Jesús (61) y sus tres nietas, y también Tomasa (77) en la mesa de en frente. La jornada calurosa no amedrentó a los vecinos a llevar su oflador y predisponerse a preparar sus propias ofrendas para el Día de los Santos y de los Fieles Difuntos.
Ellos amasaron armoniosamente la harina con el agua, la levadura y la sal, o en su defecto, el azúcar. Dejaron reposar el amasijo y luego empezaron a modelar las figuras que serán colocadas en la mesa que se armará el 1 de noviembre al mediodía y que se compartirán el 2, después del mediodía entre los invitados.
La iniciativa fue de Fernando y Liliana, una matrimonio que por sexto año consecutivo realizan el Encuentro de Revalorización Ancestral en el Mercado Artesanal y esta vez consistió en enseñar a los vecinos a preparar las ofrendas para la ceremonia. Para ellos este es un conocimiento heredado de sus abuelos, un patrimonio que desean que no se pierda en la comunidad.
“Nosotros lo hacemos con mucho amor y respeto. Es una manera de cumplir con lo que nos pidieron nuestros abuelos, quiénes nos enseñaron la ceremonia”, contó Liliana a El Tribuno.
Distribuyeron las mesas para el amasado y modelado de las ofrendas; cerca ubicaron el horno en el que cocinaron las miniaturas de pan.
Pájaros, escaleras, figuras de hombres, mujeres y animales, entre otras son las que predominaron en las mesas.
“Las figuras tienen que ver con la persona que ya no está con nosotros por eso se hacen figuras de hombres y de mujeres”, comentó Liliana, quien mencionó que las palomas simbolizan la divinidad y las escaleras, el medio por el que “los difuntos descienden del cielo y se hacen presentes en las mesas preparadas para bendecir los alimentos”, indicó.
La mesa que une a la familia
Liliana y Fernando contaron que la mesa se arma con los platos preferidos del difunto y las ofrendas, además de un altar a partir de mañana al mediodía. La mesa servida permanecerá así hasta el mediodía del 2, después se ofrecerán las preparaciones a la Pacha Mama y las ofrendas serán repartidas entre los que participen del encuentro. Durante esas 24 horas la familia permanece reunida, se realizan oraciones y se disponen de actividades recreativas para pasar las horas. Se incluyen juegos y música en vivo para amenizar. También se visitan los cementerios y se les acerca a los seres queridos ofrendas florales.