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En un Monumental que se preparaba para vivir una fiesta solo con hinchas de la banda roja, Lanús le dio un duro cachetazo de esos que no se olvidarán fácilmente. Al granate se le dio el partido ideal con un gol tempranero y eso desestabilizó a este River que, si soñaba con algo grande, era más por ilusión que por otra cosa. Otra vez Ramón Díaz se equivocó en el planteo y en los intérpretes y si se jugaba el prestigio, como había dicho en la previa, anoche lo tiró por la ventana.
A Lanús se le simplificaron rápidamente las cosas porque en tan solo 6 minutos consiguió la ventaja con un taco de Diego González que descolocó a Barovero. River, desesperado por el resultado adverso, se adelantó algunos metros pero equivocó siempre el camino para llevar peligro al arco de Agustín Marchesín. Aprovechando los espacios, el granate amplió la ventaja a los 31. Lucas Melano edificó una pared por derecha con González, le ganó la espalda a Vangioni y sacó un centro bajo, Lautaro Acosta dejó pasar el balón y Silva definió solo frente al arco.
La más clara para River llegó a los 37 cuando Fabbro ejecutó un tiro libre desde la medialuna que rebotó en el caño derecho del arco visitante. En el comienzo de la segunda mitad, Ramón Díaz realizó tres variantes para intentar armar más juego de tres cuartos de cancha hacia adelante, pero los cambios no rindieron sus frutos. Lanús se cerró bien atrás y el dueño de casa no le encontró la vuelta. Pasado el cuarto de hora y viendo que la historia no se revertía, los hinchas millonarios comenzaron a reprobar a los jugadores. “Que se vayan todos”, retumbaba en el Monumental. Ante el nerviosismo de los jugadores locales, Lanús empezó a buscar de contraataque y en su segunda réplica profunda aumentó. Sobre los 26, una gran jugada de Acosta por izquierda derivó en un pase al ingresado Ayala que definió solo dentro del área con un tiro bajo y cruzado. A partir de entonces, River siguió sin encontrar el rumbo mientras desde la tribuna bajaban más insultos. El gol de Teo Gutiérrez sobre el final del partido no alcanzó para evitar la ira del público millonario que se fue con otra frustración a cuestas y van...
Con furia: “Que se vayan todos...”
Consumada la eliminación de la Copa ante Lanús, los hinchas de River explotaron. No aguantaron más los malos resultados del semestre y el grito de guerra no se hizo esperar. “Que se vayan todos, que no quede uno solo...”, retumbó primero en las tribunas y luego en el hall del Monumental, donde se produjeron algunos incidentes y roturas de vidrios.
De los insultos no se salvó nadie. Hasta Ramón Díaz fue insultado y le pasaron factura por la salida de David Trezeguet, al corear su nombre al igual que el de Fernando Cavenaghi. “La camiseta de River se tiene que transpirar y si no, no se la pongan. Váyanse, no roben más”, cantaban y mientras emprendían la retirada, la barra brava riverplatense copó la playa interna de acceso a la platea San Martín y se dirigió hacia el ya famoso hall del Monumental. Así, alrededor de 200 personas descargaron su furia y rompieron los vidrios de un micro del plantel. La Policía hizo los movimientos pertinentes, desalojó a los hinchas embravecidos y reinstaló la calma en el sector.