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El Centro de Oeste Formoseño, radicado en Salta, advierte a la opinión pública e insta a nuestros representantes del orden nacional y provincial a tomar cartas en un tema de profundo contenido social, ante la arbitrariedad, liviandad y desconsideración con que el Gobierno de Salta convino con el de Bolivia en la idea de crear un humedal artificial, tomando para ello las aguas del río Pilcomayo en el vecino país. Entendemos que un humedal para fines de pesca y turismo, como se está hablando, no sería un charco ni un charquito. Podría tener un altura y extensión inconmensurable, a libre arbitrio, drenando al río ingente cantidad de agua. Este año, en Formosa, ese gran humedal natural que es La Estrella se secó porque la creciente del mismo no fue la suficiente. Restar el agua con un gran humedal artificial, ¿no podría resultar peor aún para los bañados en Formosa? Estos son queridos por los pobladores y esperados todos los años con ansias. Antes de convenir crear un humedal artificial, los gobernantes de Salta deberían valorar las salidas de cauce que cada año se producen en Santa María, Santa Victoria o Las Vertientes, encauzarlas para riego y beneficiar a las poblaciones que, mediante cooperativas, puedan crecer en pueblos agrícolas y no desgranarse con migraciones hacia las grandes ciudades para formar villas miserias. El río Pilcomayo es internacional y debe tratarse de tal manera por leyes y convenios establecidos, y no por gobernantes que parecen querer jugar haciendo charquitos con un bien fundamental para la vida, o tal vez intentan alguna salida fácil para evitar que se inunde el lado salteño, en vez de ponerse en el afán de aprovechar las crecidas naturales para un fin benéfico. Con todo gusto, recibiremos cualquier inquietud al respecto en los teléfonos 4901253 ó 4246017.