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“Tucumán es tierra de nadie”. “No hay policías ni gendarmes”. “El 911 no atiende llamados”. “No sabemos qué va a pasar”. “Dicen que roban en casas de familias”. Las frases que se escuchan y se leen sobre la tensión en Tucumán provocada por los saqueos son desesperantes. La provincia amaneció luego de una noche plagada de violencia y colmada de tiros, destrozos y miedo.
En el Centro de Salud, ya se registraron al menos 30 baleados y habría una víctima fatal, según La Gaceta. Cuando se desencadenaron los robos organizados y protagonizados por grupos de todas las edades, fue la introducción al caos.
Durante las horas de la madrugada, comerciantes y familias apelaron a sus propios medios para protegerse: algunos usaron armas, otros optaron por soldar las puertas de sus locales y la mayoría se encerró en las casas. De todas formas, el descanso fue casi nulo por los reventones y disparos que se sentían a lo lejos. Asimismo ocurre que, según denuncian, no hay policías ni gendarmes en las calles y tampoco se reciben respuestas ante los llamados al 911.
Hubo serios incidentes en las sucursales de Vea y de Emilio Luque, de Chango Más y de Gómez Pardo, además de locales de barrio. Mientras tanto, durante esta jornada están suspendidas las clases de todos los niveles, confirmó la ministra de Educación y se cree que la actividad comercial por la mañana estará limitada. El servicio de transporte público -que no circuló desde las 21- retomó el cronograma de actividades.
Entre los heridos, hay dos que revisten gravedad: uno por un balazo en la cabeza y el otro en el pecho. La persona que murió sería un joven que chocó con su moto en Juan B. Justo y México, tras un saqueo.