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Uno de los dos encuentros que definirá el título de campeón del torneo Inicial el próximo domingo 15 de diciembre, el choque entre Vélez y San Lorenzo, duelo con antecedentes violentos que pueden potenciarse en las circunstancias actuales en las que ambos pelean por el título, hoy es eje de debate, de intereses cruzados y de “presiones” contrapuestas que meten los presidentes de dos de los clubes con chances de ser campeón (además de Newell's y Lanús) que se enfrentarán entre sí por la gloria.
El primero en salir al cruce ayer fue el titular del fortín, Miguel Calello, quien se manifestó en contra de que el encuentro entre Vélez y el ciclón se juegue sin público, algo que se especula al ser considerado en la previa como un partido de alto riesgo. Además, el mandatario cuestionó la decisión de la AFA de postergar la definición una semana en contemplación con Lanús (jugará la final de la Sudamericana). “Pido a los organismos de seguridad que instrumenten todas las medidas para que el partido se juegue a puertas abiertas. Además, en una reunión de Comité Ejecutivo, el martes 6 de noviembre, (Julio) Grondona le comunicó a los clubes que en ese momento jugaban Copa (Vélez, River y Lanús) que no se podía postergar la última fecha”, evocó.
Luego de las declaraciones de Calello, quien salió al cruce fue Lammens, su par de San Lorenzo, quien pidió garantías de seguridad para los hinchas y los jugadores ese día en Liniers, en caso de que sea el ciclón el que dé la vuelta olímpica. Y dejó en claro su postura de jugar sin público.
“Somos defensores a ultranza de los partidos con las dos hinchadas presentes. Nos habían planteado subirnos rápido al micro, pero eso es premiar la intolerancia. Nos piden que nos vayamos corriendo como si cometiéramos un delito. Los organismos de seguridad se tienen que comprometer”, expresó.