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Un confuso y brutal crimen abre un manto de sospechas en un tema tan delicado como es el trágico accidente de la estación ferroviaria de Once, que costó la vida a 51 personas y causó heridas a otras 700. El viernes, a la mañana, y a dos semanas de que se cumpla el primer aniversario del siniestro, el maquinista Leandro Andrada, testigo clave en la investigación de la tragedia ferroviaria en la estación de Once, fue hallado muerto con cuatro disparos en la espalda en el partido bonaerense de Ituzaingó.
Lo llamativo es que, si bien se analiza un “posible asalto”, se le encontró a Andrada dinero y solamente le faltaba el celular, según revelaron fuentes policiales y gremiales.
Cabe destacar que el 22 de febrero de 2012, Andrada fue uno de los dos motorman que condujo la formación que colisionó en la estación de Once, aunque momentos antes, en la estación Castelar le entregó el tren a Marcos Córdoba, conductor que está imputado por el siniestro.
El curioso hecho
Según se supo, el hecho ocurrió el viernes en Villa Ariza, un barrio de Ituzaingó, mientras Andrada esperaba un colectivo temprano a la mañana en la esquina de las calles José María Paz y Malabia.
“Estaba yendo al trabajo”, señaló en una entrevista a una canal de televisión el delegado de la Unión Ferroviaria Edgardo Reynoso, quien no solo confirmó el hecho, sino que pidió una “investigación a fondo y el castigo de los responsables”.
“Al principio aparentaba ser un robo, pero tenía el dinero encima, sólo le faltaba el celular. Hasta ahora es todo lo que supimos”, sentenció.
Por su parte, la abogada María del Carmen Verdú, representante de la querella del juicio que se les sigue, entre otros, a los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, aseguró que “suena todo muy raro. No fue un robo”.
Verdú recordó que Andrada era un “testigo importante, porque fue el que le entregó el tren a Córdoba en Castelar”, poco antes del siniestro.
“Ya había declarado en la etapa de instrucción, y ahora lamentablemente cuando se realice el juicio oral y público, no podrá”, resaltó.
Sobrecarga de pasajeros
Cabe recordar que una semana después de la tragedia, Andrada le informó al juez que investiga la causa, Claudio Bonadío, que ese día “la formación 3.772 salió de Moreno rumbo a Once sobrecargada, porque no había habido servicios durante los 18 minutos previos”.
Estimó que, por esa demora, subieron entre 1.800 y 2.000 pasajeros, “el triple de la capacidad que la formación debe llevar”, por lo que el tren iba más lento y había que frenarlo “con mayor antelación” a la habitual.
La fiscalía y las cuatro querellas, dos de las cuales no acusaron a Córdoba, pidieron que los imputados sean juzgados por diversos delitos de estrago doloso o culposo y defraudación a la administración pública.
La querella más dura fue la de la familia de Menghini Rey, el joven que fue encontrado sin vida dos días después dentro del tren, que también pidió que a los acusados se los juzgue por “asociación ilícita”.
Por el siniestro en el que murieron 51 personas y hubo casi 700 heridos están procesados, además del maquinista Córdoba, los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, y el exsubsecretario de Transporte Ferroviario Antonio Luna.
Los directivos
En el proceso judicial por la tragedia ferroviaria ocurrida el 22 de febrero de 2012 también están implicados los exjefes de la CNRT Pedro Ochoa y Eduardo Sícaro, el exjefe de Trenes de Buenos Aires (TBA) Sergio Cirigliano y una veintena de directivos de esa compañía.