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Julio Nakhle
Nada cambió en el barrio Ampliación de San Carlos, situado en la zona sur de esta capital, tras las quejas del pasado jueves de una vecina que denunció haber sido víctima de un doble robo en un mes.
En esta oportunidad, un grupo de vecinos solicitó a El Tribuno que se haga presente en el mencionado barrio para registrar la dejadez del descampado que se encuentra alrededor del núcleo habitacional.
“Mucha gente dijo solidarizarse con Valeria G. (la damnificada) y el resto de los vecinos del barrio. Sin embargo, siguen pasando los días y las malezas en el descampado de enfrente no paran de crecer”, dijo una mujer identificada como María.
“Además, los chicos que sufrieron los robos en su casa dijeron algo que es absolutamente cierto; en este barrio no tenemos ningún móvil policial y solo hay dos o tres efectivos sentados en la dependencia sin nada que hacer”, completó Jorge.
“Llegaron hasta los motochorros a este barrio y para ellos nos convertimos en el blanco perfecto porque nadie se atreve a perseguirlos por las malezas de la zona. Uno no se va a arriesgar por una cartera, pero la sensación de impotencia es tremenda”, agregó la mujer.
“Este problema afecta a todos, pero especialmente a los chicos porque no pueden jugar tranquilos en las calles del barrio ni en vacaciones. Estamos completamente atemorizados por ellos, porque si se atreven a atacar y a robarles a los grandes, no nos queremos imaginar como serán de "valientes' para quitarles sus pertenencias a nuestros hijos”.
“No queremos andar por los medios escrachando a las autoridades, solo queremos que alguien nos cuide y responda por nosotros”, cerró el hombre.
Aprovecharon la soledad de la casa
Valeria Inés (36), denunció el jueves pasado, haber sufrido dos robos en su domicilio, ubicado en la ampliación del barrio San Carlos, en un poco más de un mes.
“La primera vez ocurrió el 7 de enero. Habíamos salido a visitar a mi mamá y cuando volvimos, cerca de las 2, encontramos toda la casa revuelta. Se habían llevado productos y cosméticos de belleza que vendo, electrodomésticos y prendas de vestir. En total, pienso que fueron $20 mil pesos los que perdí”, contó.
“En esta oportunidad, durante la madrugada del jueves, también nos habíamos ausentado y cuando llegamos, vi que la puerta estaba completamente abierta. Me bajé del auto a mitad de calle y cuando entré no podía creer. Habían revuelto todo, se llevaron un videojuego de mis hijos y otros objetos de valor, como una cámara digital”.
La mujer, en ambas oportunidades, radicó las denuncias en la dependencia del barrio San Carlos, pero -según contó- jamás llegó un móvil policial a interiorizarse de lo sucedido.