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Dura tarea la del Sumo Pontífice. En medio de su mediática retirada, el Papa se está viendo obligado a seguir demostrando que mantiene el poder del Vaticano bajo su mano y actúa con firmeza.
Ayer nombró a Antoine Camilleri subsecretario de la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, en sustitución de Ettore Balestrero, se informó oficialmente.
Al margen de los nombres, poco relevantes al fin y al cabo, lo que hay que tener claro es que el reemplazado fue señalado por la prensa romana en estos días como un “potentísimo” funcionario del Vaticano.
Pero, al mismo tiempo, apareció involucrado en una serie de documentos del informe sobre el “Vatilieaks” que la comisión de tres cardenales nombrados por el propio BenedictoXVI entregó al Santo Padre en diciembre y que habría sido, en definitiva, lo que llevó a Ratzinger a decidir renunciar.
En los medios más importantes del mundo tuvo fuerte repercusión el artículo del diario italiano Repubblica, en el que aparecen aludidos Balestrero y otros altos funcionarios vaticanos en casos de homosexualidad, corrupción, presiones, favoritismos y otras irregularidades.
Quién es Balestrero
Balestrero, considerado el brazo derecho del Secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, nació en Génova en 1966 y fue ordenado sacerdote en 1993, es licenciado en Teología y es doctorado en Derecho Canónico.
Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1996 y desde entonces ha trabajado en las nunciaturas de Corea y Mongolia (1996-1998) y de los Países Bajos (1998-2001), y más tarde en la Secretaría de Estado del Vaticano.
El Papa lo ha nombrado nuncio apostólico en Colombia y lo ha elevado a la sede titular de Vittoriana con dignidad de arzobispo.
El nombre de Balestrero ha aparecido estos últimos días en la prensa italiana, que le señala como el hombre fuerte de Bertone en la relaciones con el Banco Vaticano (IOR) y el diario “Il Corriere della Sera” lo califica como “potentísimo”.
Balestrero prestó declaración ante la comisión de tres cardenales creada por el Papa para esclarecer el caso “Vatileaks”, nombre con el que se conoce a la filtración de documentos reservados del Papa.
El diario “Repubblica”, que publicó ayer un artículo titulado “Los secretos de la Banca de Dios; así el dinero ha envenenado al Vaticano” (ver aparte), sitúa a Balestrero en el vértice, después de Bertone, entre las personas que controlan las finanzas vaticanas.
Los méritos de Camilleri
Por su parte su sucesor en el cargo, Camilleri, nacido en Sliema (Malta) el 20 de agosto de 1965, era hasta el momento consejero de Nunciatura en la misma sección.
Licenciado en Jurisprudencia y en Derecho Canónico, fue ordenado sacerdote el 5 de julio de 1991, incardinado en Malta.
Entró en el servicio diplomático de la Santa Sede el 9 de enero de 1999 y ha cubierto varios encargos en la representación pontificia en Papúa Guinea, Uganda y Cuba, además de en la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado vaticana.
Camilleri, como católico natural de Malta, se supone que tiene una estrecha relación con el recientemente nombrado director del banco del Vaticano, un empresario industrial alemán, integrante de la Orden de Malta.
Todos los pasos de Benedicto XVI en estos, sus últimos días de pontificado, están direccionados a dejar atados todos los cabos sueltos que durante 8 años no pudo y limpio el camino hacia un purga en la curia.
El entorno corrupto llevó a Benedicto XVI a renunciar
El Papa decidió renunciar luego de que una investigación interna le informó sobre el alcance de los escándalos por corrupción y sexuales dentro del Vaticano, informó el diario italiano Repubblica el jueves.
Tres cardenales, incluyendo al exjefe de los servicios secretos del Vaticano, fueron consultados para corroborar las alegaciones sobre abusos financieros, favoritismos y corrupción que salieron a la luz con el Vatileaks.
El 17 de diciembre de 2012 los tres cardenales entregaron al Pontífice dos volúmenes de 300 páginas que contenían una imagen precisa del daño y los peces podridos en el interior de la Santa Sede, reportó el diario. “Ese día, con esos papeles en su escritorio, Benedicto XVI tomó la decisión sobre la que había meditado durante tanto tiempo”, dice el artículo.
También el semanario conservador “Panorama” informó sobre un “Vatileaks” que creció demasiado, pero sin especular sobre los motivos de la dimisión del pontífice alemán de 85 años.
Las desmentidas de siempre
El Vaticano se rehusó a comentar la información. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que no se van a comentar “todas las claves, fantasías y opiniones que haya sobre el tema”.
Además, señaló, “las inexactitudes que se detectan en la información que se brinda pone de manifiesto que aquellos que escriben no entienden los temas vaticanistas”.
Pero el artículo de La Repubblica dice que el informe que recibió Benedicto XVI “es sobre el incumplimiento del sexto y séptimo mandamientos”, que prescriben “no fornicar” y “no robar”.
Los cardenales informaron que descubrieron una red clandestina de homosexuales, cuyos miembros organizaban encuentros sexuales en numerosos lugares de Roma y dentro del Vaticano. Y agregaron que los integrantes de esa red son propensos a chantajes a raíz de sus orientaciones sexuales.
Entre los mencionados en el reporte se encuentra Marco Simeon, un directivo de la RAI, alguien muy cercano al secretario de Estado cardenal Tarcisio Bertone.