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Tiene una de las posturas más duras que se hayan escuchado durante el debate por el polémico acuerdo con Irán, hasta el extremo de haber denunciado que ese entendimiento es el “punto final” de la causa. Además, no solo cuestiona al Gobierno sino que mantiene diferencias profundas con la conducción de la comunidad judía y con el resto de las organizaciones de víctimas del atentado. “El trabajo que viene realizando la fiscalía de (Alberto) Nisman está basado en inferencias, no en evidencias”, sostuvo la integrante de la agrupación Apemia. En una entrevista con El Tribuno, Laura Ginsberg aseguró que “el Gobierno argentino no va a reconocer su fracaso diciendo que hizo todo lo posible, entonces va a abandonar definitivamente la persecución penal”. Y concluyó: “Cuando Timerman dijo ´quién es esta´ buscó ningunearme una vez más, ya que no es la primera vez que este Gobierno ningunea nuestras posiciones”.
¿Cómo tomó la media sanción que el Senado le dio el jueves al acuerdo con Irán?
La media sanción de la ley que denominamos de “punto final” era un resultado esperado. El oficialismo allí cuenta con mayoría propia y de alguna manera fue un tratamiento muy apurado desde presidencia de la Nación. Vamos a ver cuál es el escenario la semana que viene cuando se vote en Diputados.
¿Tiene expectativas de que en la Cámara baja haya un escenario distinto?
Yo no tengo ninguna expectativa respecto de cómo viene pergeñada esta ley. Ya sabemos cómo se comporta el Parlamento cada vez que hay un apuro impuesto por el Poder Ejecutivo. De todas maneras, por lo que estuve leyendo y algunos comentarios que estuve escuchando pareciera que hay diputados que estarían dispuestos a no dar quórum. El tema es que si no se plantea incluso desde el interior del Parlamento una propuesta positiva va a ser complicado. Desde Apemia creemos que la única manera de avanzar en el esclarecimiento de este crimen que está impune desde hace 19 años es exigirle al Ejecutivo que abra todos los archivos secretos y conformar una comisión investigadora independiente para que pueda trabajar sobre una parte de la verdad que nosotros ya tenemos, que es la responsabilidad del Estado argentino en este crimen y en su encubrimiento. Después veremos con toda la documentación sobre la mesa qué pasa con todas las conexiones internacionales: la iraní, la siria o cuál fuere. Los diputados que puedan tomar estas posiciones estarían haciendo una contribución importante.
El Gobierno dice que, como máximo, con el acuerdo con Irán la causa quedará igual que ahora, ¿está de acuerdo?
Yo no solo no coincido, sino que me parece que es parte del maniobreo que tiene el Gobierno de Kirchner en relación a la sanción de esta ley. Hace dos años o más el Gobierno está negociando en secreto con Irán. Desde 2003 viene tratando de impulsar una política que lleve la causa a un tercer país o cualquier otra parte fuera de la Argentina para exculpar al Estado argentino de su responsabilidad. El Gobierno viene teniendo reuniones con la comunidad judía aquí y en el exterior. ¿Hace todo este esfuerzo enorme para terminar diciendo que si no progresa el acuerdo estamos en el mismo lugar? No es cierto. Ningún Gobierno se manda semejante esfuerzo para nada. No es creíble y es parte del maniobreo que están haciendo. El Gobierno de los Kirchner, que ya liquidó la conexión local con el juicio fraudulento que terminó liberando a los primeros imputados de la cadena de responsabilidades locales y que se aprestó desde 2003 a construir esta acusación a nivel internacional, miente cuando dice que cuando esto haya acabado como máximo quedaremos en el mismo lugar. ¿Por qué? El Gobierno argentino no va a reconocer su fracaso diciendo que hizo todo lo posible, entonces va a abandonar definitivamente la obligación que tiene el Estado de impulsar la persecución penal. No es que todo queda igual: todo se agrava y se profundiza la impunidad.
¿Por qué cree que el Gobierno se enfrenta a semejante costo político, teniendo en cuenta que la mayoría de los familiares de Amia no están de acuerdo con esta ley?
Hay que remarcar que el Gobierno de los Kirchner tenía una política de alineamiento con Estados Unidos en el sentido de la acusación a Irán. Tanto Néstor como Cristina Kirchner viajaron en sucesivos años a la apertura de la Asamblea General de la ONU y en cada una de esas reuniones manifestaron que la acusación a Irán se mantenía y que los imputados tenían que venir a declarar a Buenos Aires. Llegaron a pedir colaboración internacional para que esto ocurriese. De pronto, en septiembre pasado Cristina Kirchner pega un giro y anuncia que se inició el diálogo político con Irán. Esto no es casual. Este giro político va en dirección del giro político que uno puede observar a nivel internacional. Las grandes potencias están comenzando a transitar un camino en el cual puedan tener una posibilidad de diálogo y de negociación con los iraníes para resolver ciertas cuestiones internacionales que no pueden resolver por el momento por el camino de la guerra. Esto lo dijo la propia Presidenta. En los considerandos del proyecto de ley, la Presidenta dice que el 26 de febrero el Grupo de los cinco más Alemania se va a reunir con Irán para comenzar el diálogo y superar los problemas políticos que ha traído el enriquecimiento de uranio del régimen iraní. En este contexto es que el Gobierno argentino se alinea en esta posición. El segundo aspecto es que tanto las otras dos organizaciones de familiares y la dirigencia de Amia y de Daia, cuando la Presidenta anuncia esta decisión, ellos apoyaron. La Amia y la Daia salieron a felicitar las palabras de la Presidenta. Desde septiembre pasado hasta la fecha con la aparición del memorando hubo muchas oscilaciones. Tanto la dirección judía local como la embajada de Israel no se opusieron terminantemente a este acuerdo. ¿Qué paso? Una consultora salió a decir que el 81 de la comunidad judía está en contra de este memorando y que el 90 por ciento del pueblo también. Entonces, la dirección de la comunidad judía no tuvo más remedio que rechazar.
¿A qué atribuye el primer apoyo de la Amia y la Daia al acuerdo?
A que ellos quieren seguir con la pista iraní a toda costa. No importa el resultado que eso arroje. No importa si esta conexión tiene evidencia para ser probada o no, que es lo que nosotros dudamos. Nosotros nunca acusamos a Irán, pero no por ser defensores de ese régimen, sencillamente porque hasta hoy nunca vimos ninguna evidencia que imputara directamente a Irán. El trabajo que realizó la fiscalía de Nisman está basado en inferencias, no en evidencias. Las evidencias no aparecen porque tanto el Gobierno argentino como el de Irán tienen documentos que ocultan a la opinión pública. Nuestra exigencia de apertura de los archivos no es caprichosa, es porque estamos convencidos que con esta documentación que el Gobierno de Kirchner mantiene oculta va a ser posible avanzar en el esclarecimiento del crimen. No en los acuerdos políticos que Argentina haya sellado con Irán.
¿Considera que con este acuerdo se pueden caer las alertas rojas de Interpol contra los iraníes?
Ese es uno de los interrogantes que se han abierto. En el memorando no está claro que va a pasar con las alertas rojas. Si uno lee con cuidado, se da cuenta que lo que tiene que ocurrir con esas alertas rojas es que caigan. Si no caen ahora van a caer en los próximos meses cuando se reúna la asamblea general de Interpol. Interpol está advertido de este memorando y no es un observador ajeno.
Hay algunos familiares que apoyan el acuerdo y otros que no. ¿Por qué hay tanta división?
Las divisiones no las ha generado este memorando y parten fundamentalmente de una posición política que no es compartida por el resto de las organizaciones de familiares y menos por la dirección de la comunidad. Nosotros sostenemos que el Estado argentino es el responsable del atentado a la Amia, pero no solo porque haya encubierto tal como el propio Gobierno de Kirchner reconoció en 2005. Nosotros decimos que quien encubre un crimen tiene responsabilidad en el hecho criminal. Decimos que esto es así porque el Estado argentino sabía que se venía una bomba en la Amia. Ya había habido una bomba en la Embajada dos años antes. Puso todas las fuerzas de inteligencia al servicio de la comisión y encubrió durante 19 años. Ese es un crimen de terrorismo de Estado en democracia. Somos la única agrupación que sostiene esta posición. No nos enganchemos con el supuesto de una conexión internacional, empecemos investigando las responsabilidades locales. Después veremos si los iraníes, los libaneses o los sirios tuvieron algo que ver.
Cuando usted habló en el Senado, el canciller Héctor Timerman se preguntó: “¿Quién es esta?”, ¿cómo lo tomó?
En el momento no me di cuenta que era Timerman el que decía eso. A la noche me di cuenta. A mí no me sorprendió porque viene de quien viene. El canciller Timerman me conoce y no porque yo lo haya invitado a Memoria Activa, sino porque meses atrás estuvimos reunidos con él en su oficina justamente hablando de este tema. Fue cuando Timerman empezó a tantear el ánimo que había entre los grupos de familiares y la dirección de la comunidad judía para ver qué opinábamos acerca de una instancia de diálogo con Irán. Creo que cuando Timerman dijo “quién es esta” buscó ningunearme una vez más, ya que no es la primera vez que este Gobierno ningunea nuestras posiciones. Nos ningunea individualmente y por ese motivo no nos querían dejar hablar en el Senado.