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?No idealizo a los actores?

Sabado, 23 de febrero de 2013 22:23
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Esta noche la industria cinematográfica volverá a rendir examen en un lujoso salón de Los Angeles, desde donde se transmitirá en vivo la 85ª entrega de los premios Oscar. Para la audiencia latinoamericana que accede a la ceremonia por televisión, la presencia de Axel Kuschevatzky al borde de la alfombra roja es ya tan clásica como el vestido largo en las damas nominadas y el smoking en los caballeros.

El reconocido conductor, productor y cinéfilo por antonomasia, será el encargado de mostrarle al país la previa de la premiación, junto a la mexicana Liza Echeverría. La transmisión por TNT comenzará a las 20.30.

Axel Kuschevatzky, ya instalado en Los Angeles, le contó a El Tribuno en diálogo telefónico sobre esta labor que viene desempeñando desde hace nueve ediciones, sobre la mirada “desmitificadora” de celebridades que se logra a partir de la experiencia, y adelantó cuáles son, según su afilado criterio, las películas favoritas para alzarse con las estatuillas clave este año.

¿Qué cosas cambiaron en vos, en tu manera de encarar a las celebridades, desde la primera entrega que cubriste hasta la de hoy?

En general no cambió mi forma de entrevistar, pero sí he ido perdiendo ciertas urgencias. Es algo que uno logra a medida que va creciendo. Cambió mi mirada de la situación que viven quienes están nominados.

¿En qué sentido?

La primera película que yo cubrí viajando fue “Titanic”. Es decir que llevo 17 años haciendo entrevistas. Entonces ya no lo vivo como “guau, estoy delante de...”. Al menos ya no me pasa con los actores; con los directores tal vez sí, un poco. No idealizo a estas personas. De hecho, con algunos me ha tocado trabajar como productor, entonces también entiendo sus obsesiones, sus miedos, sus ansiedades... Cualquiera que esté nominado atraviesa un momento de gran tensión. Nadie camina por esa alfombra con demasiada naturalidad. Así, en vez de pararme delante de una estrella, me paro delante de un individuo. A mí me interesa rescatar el aspecto humano, que finalmente es el que más peso tiene. Por eso trato de preguntar lo que imagino que nadie les está preguntando. Porque en general suelen estar aburridísimos de que les consulten las mismas cuatro cosas.

¿Qué te interesa sacarles en esos segundos que hablás con ellos?

Si tienen algún elemento que me llame la atención trato de hablar sobre ese elemento, o de poner la película por la cual están nominados en el contexto de su carrera anterior. Y si es alguien que tiene sentido del humor, trato de divertirme.

Algo que te caracteriza es que solés encarar las entrevistas abordando el tema del mismo cine...

Sí, generalmente los periodistas tratan de preguntar sobre la vida privada. Yo jamás hago eso. Sí puedo preguntar cosas personales, pero no cosas privadas. Para mí es mucho más interesante conversar con un tipo sobre las cosas que genera su trabajo que sobre las situaciones privadas que él atraviesa. Me parece más significativo hablar de propuestas creativas antes que de cuestiones de alcoba.

Me imagino que en cada entrega de los Oscar hay “figuritas difíciles” que todos los periodistas quieren entrevistar. ¿Quiénes serían esas personalidades en esta ocasión?

Por supuesto que sería un gusto hablar con Steven Spielberg. Para los espectadores quizás no sea una figurita difícil, pero para nosotros, los cinéfilos, no deja de ser uno de los 10 grandes directores de la historia del celuloide. También está David Russell, otro director interesante. Gente brillante que vale la pena entrevistar.

¿Te preparás mucho antes de pararte al borde de la alfombra roja?

Sí, investigo, leo, me entreno, voy al gimnasio todos los días, como un boxeador. En serio, trato de bajar de peso, de sentirme cómodo, de dormir la mayor cantidad de horas los días previos... Es un entrenamiento físico e intelectual. Además trato de manejar la ansiedad.

Claro, la transmisión en vivo siempre es una especie de salto al vacío...

Sí, en el vivo pasa todo: que vas al corte cuando no querés; que el entrevistado se va antes de los que vos pensabas; hay preguntas que no te entienden o respuestas que no te convencen... El vivo no tiene red, por eso es tan adrenalínico y tan fascinante. Nos obliga a estar muy despiertos. Cuando termina esa hora de transmisión en vivo yo quedo deshecho.

¿Coincidís en que este año la favorita es “Lincoln”?, ¿o tenés otro pálpito?

Yo creo que “Argo” tiene más chances para mejor película, pero “Lincoln” es un contrincante de mucho peso. La verdad, son dos grandes películas. Están filmadas de manera brillante y abordan cuestiones muy distintas. A “Lincoln” no la minimizaría para nada, y creo que Spielberg es el candidato más fuerte que tiene el rubro “director”.

En estas entregas siempre se pone la mirada sobre superproducciones extranjeras. ¿Creés que el cine nacional corre en desventaja con respecto a estas vidrieras comerciales?

No creo eso. Es más, el cine nacional, cuando estrena en Argentina, tiene mucha más prensa que el cine norteamericano. Tiene más cobertura de medios, más promoción. Los argentinos siempre nos aferramos a dos o tres pretextos para justificar que una película no funciona, y muchas veces tiene que ver con limitaciones propias. Por lo general, si el público decide no ir a ver una película es simplemente porque no está buena.

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