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El juez federal Ariel Lijo sostuvo ayer que aún no logró reunir el material probatorio necesario para convocar a declaración indagatoria al vicepresidente Amado Boudou, quien es investigado por enriquecimiento ilícito y por su actuación en la venta de la imprenta Ciccone Calcográfica.
Lijo sostuvo que la causa por presunto tráfico de influencias es “grave institucionalmente”, y si bien evitó fijar un plazo para resolver el proceso sostuvo que “no se puede mantener en la letanía ni que la investigación dure una cantidad de años indefinida”. En este sentido, el magistrado agregó: “Cuando junte toda la información daré el siguiente paso”.
En declaraciones a Radio América, Lijo se refirió a la causa que investiga la presunta influencia de Boudou en la venta de la empresa Ciccone y sostuvo que pretende “terminar éste y todos los casos en el menor tiempo posible”, pero remarcó: “Poner plazos no se puede”.
“Es grave institucionalmente y los tiempos procesales dependen de que te manden los informes, que lo contesten”, sostuvo Lijo, quien afirmó que en la causa “el único límite que hay es lo que se pueda reconstruir, documentar y probar”.
“El juez marca y una vez que ordena, después hay una cantidad de factores que no se pueden manejar con facilidad”, insistió.
Según explicó el juez, “cuando el caso es tan complejo e institucionalmente tan relevante y tuvo un inicio complejo con variantes que no son comunes en los expedientes con intervención de las partes (como la renuncia de fiscales y del procurador Esteban Righi), eso funciona como un dique”.
“El día que se cumpla un período determinado y tenga que tomar una decisión, si hay prueba tomaré una decisión y si considero que no se juntó, tomare otra”, apuntó, y aseguró que los casos “son todos iguales, son jurídicamente complejos y admiten más de una solución”.