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Recuerdo que durante el gobierno de M. Estela Martínez de Perón, la gente del partido gobernante solía denominar “gorilas” a quienes se atrevían a denunciar (incluso arriesgando la vida) el Terrorismo de Estado que se había instalado en el país, por vez primera en un período democrático. De la misma manera calificaban en la era menemista a quienes intentaban advertir a los argentinos que se estaba empujando hacia la pobreza a la mitad de la población. Hoy nos llaman “gorilas” porque denunciamos y nos manifestamos en contra de prácticas fascistas de concentración del poder.
Si bien en los tres períodos comentados ejerció el poder un mismo pensamiento político (peronismo), esto no fue óbice para que exhibieran ideologías absolutamente contrarias y contradictorias, virando desde un liberalismo económico a ultranza hasta a un populismo con tinte demagógico con fuerte intervención estatal, y -en ambos casos- con los mismos protagonistas!
Sin embargo hubo un elemento común que identifica a los tres períodos: el alto grado de corrupción imperante en todos los niveles de gobierno.
No pasará mucho tiempo hasta que los propios peronistas renieguen de la etapa kirchnerista, de igual manera que hoy reniegan del menemismo. Se comportan como niños malcriados y caprichosos que rompen lo que encuentran y luego acusan a otro por los destrozos que ocasionaron. Es necesario que nos percatemos que hemos llegado a una bifurcación en el camino que nos enfrenta a una encrucijada histórica: poder absoluto para unos pocos vs. división de poderes.
En el 2013 tendremos una nueva oportunidad para erigirnos en dueños y artífices de nuestro destino. Sin embargo no alcanza solo con votar. El país necesita ciudadanos comprometidos y unidos en una militancia cívica activa.
Comencemos manifestándonos hoy por una Justicia independiente del poder político y económico; luego continuemos alertas y movilizados, siendo firmes centinelas de la Constitución y custodios del Estado de Derecho.
Tito Tonda
Ciudad