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Vista la gran movilización popular producida en demanda de una mejor calidad institucional el 18 de abril, el Gobierno nacional debería mejorar el rumbo errado que lleva. Puesto que si persiste en su intención de avasallar a la Justicia, de asegurar la impunidad y de perpetuarse en el poder acabará convirtiendo a la república en una malograda caricatura de la misma.
La democracia está en peligro. No es bueno para el futuro de nuestra nación, para los intereses del pueblo, ni para la salud de la democracia, tener una Justicia injusta y jueces injustos.
Tampoco es saludable ver a la Justicia -¡nada menos!- bailar al compás de un titiritero.
Además, desde hace bastante tiempo, los ojos del mundo nos miran a la luz del pensamiento platónico, que dice: “El mayor peligro de la democracia radica en su misma debilidad interna, es indulgente y benigna y permite que la excesiva libertad prepare el campo a los demagogos y a los tiranos”.
Está en usted, principalmente, señora Presidenta, mejorar esta imagen.
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