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Cuando no se puede ganar es mejor empatar que perder, dice un dicho futbolero y, en Córdoba, Independiente lo cumplió al pie de la letra.
Más por la impericia de Belgrano, que no supo definirlo, el rojo (que se mantiene en zona de descenso), rescató un punto en Córdoba, pero solo en el futuro se sabrá de qué le sirvió el empate conseguido en el estadio Mario Alberto Kempes.
El celeste mereció largamente la victoria. Tuvo las ocasiones y las desperdició, pero el punto no le cayó mal porque consiguió su mejor marca en Primera División (56 unidades) y quedó a un paso de clasificarse para la Copa Sudamericana.
Desde que comenzó a rodar la pelota Belgrano se hizo dueño del partido, y esperó que Fernando Márquez y Lucas Melano tradujeran ese dominio en la red. Sin embargo, ambos delanteros, especialmente Melano, no tuvieron una buena tarde.
Independiente, en el cual estuvo bastante ausente Daniel Montenegro, se acercó poco y nada al arco defendido por Juan Carlos Olave.
En el complemento el panorama no cambió para nada, Belgrano era el que tenía la manija, pero en la medida que se acercaba al área del rojo se diluía inexplicablemente.
Es más, Belgrano recién dispuso de su jugada más clara de gol a los 39 minutos. El Picante Pereyra (ingresó por Martín Zapata) sacó un violento zurdazo desde la puerta del área grande y la pelota se estrelló en el travesaño. El rebote le cayó a Guillermo Farré, quien la tiró por arriba. Fue la única chance clara en un partido aburrido. Sin embargo, en tiempo de descuento el rojo casi lo gana: el juvenil Rodríguez lo tuvo pero la tiró a cualquier lado. Belgrano debió ganar, pero no lo hizo, e Independiente, que sigue muy comprometido, se lo agradeció.