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Todo un mensaje. El papa Francisco criticó ayer la cultura de “la comodidad” y de “lo provisional”, refiriéndose a las parejas de católicos que solo quieren tener un hijo para poder seguir “yéndose de vacaciones” o “comprarse una casa”.
“Cuántas parejas se casan y piensan en el fondo de su corazón, sin atreverse a decirlo: mientras dure el amor, después ya veremos”, observó Francisco durante una misa matinal.
El Papa se refirió a lo que podría ser la manera de pensar de un padre católico del presente: “No, no quiero más de un niño, porque entonces no podremos irnos de vacaciones, no podremos ir a tal lugar, no podremos comprarnos una casa. Queremos seguir al Señor, pero hasta cierto punto”, amonestó.
“El bienestar nos anestesia, nos hace hundir, nos despoja del coraje de ir hacia Jesús. Es la primera riqueza de nuestra cultura actual, la cultura del bienestar”, deploró.
El papa, que concelebraba la misa con el cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon, en la capilla de la Casa Santa Marta, habló de una “fascinación por lo provisorio”.
El papa Francisco dijo que para seguir a Jesús hay que “despojarse de la cultura del bienestar y de la fascinación por lo provisional”.
El obispo de Roma se refirió a dos tipos de riquezas: las culturales y las de la fascinación por las cosas temporales.
De la primeras destacó la “cultura del bienestar”, que dijo, “nos hace poco valientes, vagos y egoístas. El bienestar nos anestesia”, subrayó.