¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
19°
23 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Comerse las uñas o morder el lápiz es malo para la salud

Sabado, 04 de mayo de 2013 22:42
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Es un tema que hay que tener en cuenta. En los tiempos que corren cada vez es mayor la cantidad de gente que tiene la manía de morder las lapiceras, comerse las uñas, consumir todo el tiempo chicle, morder el hielo y apretar o frotar los dientes ante situaciones estresantes o de tensión.

Estas actividades si son mantenidas constantemente pueden llegar a producir una fatiga que originaría dolores en la zona occipital del cráneo, entre tantos otros malestares.

“Sucede que la cabeza y el cuello constituyen un sistema muy sofisticado en cuanto a las distintas funciones que despliegan”, explicó el odontólogo Marcelo Ricardo Sclarovsky.

El especialista forma parte del cuerpo de docentes de la Asociación Odontologica Salteña y disertó en más de 40 conferencias en la provincia y fuera de ella sobre las dolencias en las mandíbulas.

La actividad muscular es clave para entender cuál debe ser la posición normal de sus estructuras óseas para poder realizar movimientos sin provocar lesiones o bien para mantener esos huesos en ubicaciones fijas para determinadas actividades.

Para entender lo malo que es morder el lápiz debemos explicarlo desde el principio.

“Debemos entender que los músculos se activan por medio de las directrices de los nervios que proceden del cráneo, esta actividad determina que un determinado músculo sea estimulado a desarrollar un movimiento o bien para sostener la cabeza, vértebras, mandíbula”, dice el profesional.

La función de la fibra del músculo puede verse alterada por distintas situaciones deliberadas, como una demanda exagerada de su uso sin que pueda reposar como para reponer sus nutrientes, como ser en actividades que no pertenecen a su función natural.

Ahí entra el ejemplo de morder y comerse las uñas, pero también entran a jugar otras situaciones como los traumatismos directos por impactos en la cara, el oído o el cuello, que se pueden producir en un accidente automovilístico.

También hay que tener cuidado con los arreglos odontológicos sin un diseño que respete la anatomía de la pieza tratada, que es registrado por el sistema nervioso como una interferencia que se debe eliminar, por ejemplo, apretando o frotando contra ese arreglo hasta gastarlo o fracturarlo.

Todas estas situaciones obligan a los músculos a trabajar en forma sostenida e intensa.

Ahora bien, como los músculos también sostienen la cabeza, clavícula, omóplatos, vertebras y mandíbula, cualquier funcionamiento anormal de estos carga de estrés en las articulaciones de estos huesos.

En el caso de la mandíbula su articulación con el cráneo se produce delante y debajo de los conductos auditivos y se denominan articulaciones temporomandibulares.

Estas tienen un grado de complejidad anatómica importante.

Si los músculos que articulan la mandíbula con el cráneo se ven afectados es evidente que esta articulación sufra problemas que son muy molestos, como ser ruidos.

De todas formas no se debe entrar en pánico porque las resoluciones no son invasivas y no se pone en riesgo la vida de la persona.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD