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El pasaje Panana

Miércoles, 12 de junio de 2013 21:16
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Hace unos días, transitando por calle Caseros, vi un cartel que marcaba la intersección con el Pasaje Panana. Detuve mi andar y, atónito, volví sobre mis pasos para corroborar que me hallara en un error. ¿Cómo puede pasar semejante cosa en la Salta de Gemes? ¿Cómo puede ser que a nuestros ediles capitalinos, aquellos que desterraran a aquel “genocida del Virrey Toledo” de su avenida, se les pasara tamaño error?

Simple: Salta es la ciudad de las contradicciones. La memoria de Gemes esta privatizada por y para una clase social reunida en la “Agrupación Tradicionalista Gauchos de Gemes”. Y en cuanto a nuestros ediles, pecan de obsecuencia e ignorancia; por seguir un discurso que les viene impuesto “desde arriba” para cambiar el nombre de la ex avenida Virrey Toledo, mientras en silencio se recategorizaba la ciudad y los impuestos aumentaban.

A escasos días del 192 aniversario del paso a la eternidad del General Martín Miguel de Gemes, vaya para la Agrupación Tradicionalista y para nuestros ediles, un cacho de cultura, como diría Clemente.

Vicente Martínez, alias “Panana”, llegó a convertirse en Capitán de la Primera Compañía de la división de Infernales de Gauchos de línea y gozaba del aprecio del General Gemes. Tuvo Panana actuaciones destacadas en numerosas acciones de guerra, donde descolla, por su magnitud, las obradas por él en la batalla de Salta. Panana llegó a convertirse en un hombre que, por su ascendiente sobre los demás gauchos llegó a gozar de la protección de Gemes. Quizá pecó de soberbio, quizá no se conformó con lo que había logrado por vías legítimas o quizá, como a nuestros ediles, la cabeza no le daba para más y comenzó a pasarse de la raya, incurriendo en numerosos delitos, entre ellos el robo, el trato irreverente a miembros de la elite y el más destacado, haber sido participe en alguna de las conspiraciones que en 1817 intentaron destituir a Gemes. Así fue como Panana cayó en desgracia y perdió la confianza y la protección de Gemes y fue enviado, en calidad de prisionero, a Buenos Aires, donde cumplió condena en el Bergantín Belén. Allí Panana, lejos de expiar sus culpas en la prisión y cumplir su condena, urdió un plan para escapar y asesinar a Gemes. El plan, que tenía a Panana como la mano ejecutora, sumaba también otros actores, entre los cuales figura Eustaquio Moldes y Mariano Morales. Gemes desconfiaba de él y así se lo hizo saber a su amigo y Director Supremo, Juan Martín de Pueyrredón, en una carta de 1818.

Finalmente el plan de Panana se llevó a cabo en 1819. Panana y Gemes se vieron las caras y por fortuna Gemes, al verlo comprendió sus intenciones y logro arrebatarle el cuchillo, salvando así su vida.

Estos son pues, los méritos de Panana para que un pasaje en el macrocentro de la ciudad de Salta lleve su nombre.

A la Agrupación Tradicionalista nada se le puede reclamar; su inoperancia e ignorancia, esta condenando a la desaparición a la memoria de Gemes entre los jóvenes salteños, que solo esperan las guitarreadas y los fogones del 16 de junio para divertirse y emborracharse, y la misma tarde del 17 para festejar en los festivales pagos con el dinero público y de tenor romántico-demagógico.

A nuestros ediles, pedirles que tengan vergenza seria como pedirle al diablo que sea bueno. Me basta con saber que una vez más su ignorancia queda de manifiesto.

Ciudad

 

 

 

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