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El monumento a Cristóbal Colón que se encontraba detrás de la Casa Rosada fue removido por una “iniciativa de la Secretaría de la Presidencia, a pesar de que una orden judicial prohíbe actos que impliquen el desmantelamiento o traslado de la figura. Los obreros que ayer trabajaron en esto demoraron dos horas en bajarla, decisión por la que ya se escucharon críticas de legisladores porteños y residentes italianos en Capital Federal.
Las intenciones del Gobierno nacional son trasladar la estatua a Mar del Plata y reemplazarla con una de Juana Manuela Azurduy, heroína de la independencia nacional. Un obsequio del presidente Evo Morales al país. La situación provocó un fuerte enfrentamiento con el Gobierno que lidera Mauricio Macri.
Pasadas las 18.20, la estatua estaba ubicada sobre el piso, rodeada por operarios. Juan Arriegue, ingeniero a cargo del operativo, dijo a la prensa que no estaba previsto el traslado de la estatua, sino realizar un proceso de restauración, ya que varios informes señalaron la posibilidad de que colapse, debido a su deterioro. El experto comentó que se decidió desmontar la estatua un sábado porque al haber menos tránsito en la zona, se facilitaba el acceso de las grúas y de los equipos.
El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, negó a principio de mes que haya una “campaña anti-Colón” y aseguró que el objetivo de la administración central es preservar la obra; el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, contrapuso que si quiere arreglar la estatua, que lo haga, pero que no se la lleve”.
“Expertos recomendaron el desmontaje para subsanar las deficiencias que tiene y evitar que un día se pueda desmoronar el monumento”, sostuvo en su momento Parrilli, quien recordó que la obra sufrió dos ataques, uno en el 55 y otro durante 1987.
El origen de la disputa
La polémica entre Ciudad y Nación comenzó luego de que la Presidenta decidió trasladarla a Mar del Plata. En ese contexto, la jueza en lo contencioso administrativo federal Claudia Rodríguez Vidal hizo lugar a un recurso de amparo presentado por la asociación civil Paren de Demoler y ordenó a las autoridades nacionales que se abstengan de “concretar cualquier acto que implique desmantelamiento y traslado” del monumento.
El vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, repudió lo que consideró un “atropello y maltrato a los porteños y a toda la comunidad italiana de nuestro país. Se burlan de todos, no sólo de la Justicia, que con una medida cautelar prohibió su traslado”. El titular del Consejo Económico y Social de la Ciudad, Sergio Abrevaya, recordó que por tres meses no se puede mover el monumento a Colón. Pero Parrilli ordenó hacerlo igual, so pretexto de desmonte para restauración.
Atilio Alimena, defensor del pueblo de Buenos Aires, consideró la decisión como un atropello.