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En dos gestos típicos de su personalidad, el papa Francisco visitó ayer sorpresivamente la zona industrial de la ciudad del Vaticano, donde saludó a los carpinteros y a los obreros de la central térmica, y se comunicó telefónicamente con un italiano que le escribió tras el asesinato de su hermano.
El diario vaticano “LOsservatore romano” informó a través de Twitter sobre la visita que el Papa argentino realizó ayer, de la que fueron testigos también sus trabajadores, pues la sede del periódico está en la misma plaza en la que se encuentra la central térmica y la carpintería vaticanas. Según relató la publicación, Francisco “estrechó la mano a los carpinteros y a los obreros de la central térmica” que lo recibieron con gran sorpresa. “Francisco ha llegado de improviso, sin que nadie nos hubiera advertido. Nos lo hemos encontrado delante, imagínese nuestro estupor”, afirmó uno de los carpinteros, en declaraciones a la agencia de noticias italiana AGI.
“El Papa ha querido recorrer todas las divisiones productivas, lugares en los que nunca habríamos pensado recibir al pontífice”, agregó.
Por otra parte, se conoció también que en las últimas horas Jorge Bergoglio llamó por teléfono a Michele Ferri, un ciudadano italiano, para confortarlo por el asesinato de su hermano, un propietario de estaciones de servicio que fue muerto a tiros por dos empleados en la localidad de Pesaro en junio pasado.