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Tres jóvenes de 12, 16 y 18 años que vivían en la localidad bonaerense de Brandsen sufrieron un infierno cuando su madre comenzó a prostituirlas. La mujer asegura no haber sabido lo que ocurría, mientras que el padre de las chicas la acusa y pide la tenencia de sus hijas.
La mayor de las hermanas también fue víctima de la pareja de su mamá, quien la ató de manos y abusó de ella. Producto de la violación, la joven quedó embarazada de su propio padrastro, quien permanece prófugo.
Ante esta situación, el padre de las chicas exige la tenencia y además una ayuda solidaria para “conseguir un lugar, hacer una casa más grande” donde pueda cuidar a sus hijas.
“Ella nunca hizo nada, dice que jamás sospechó de nada, pero para mí algo tenía que saber”, sostuvo Angel Díaz en referencia a su ex mujer.
Las palabras de Díaz se impulsan ante una aberrante y tormentosa realidad de que “ella las entregaba a cambio de plata/”. En principio, presunción que logró confirmar cuando en una ocasión “vi a mis tres hijas en el auto de un tipo” y, gracias a su intervención, logró rescatar a las adolescentes del perverso de turno. Puesto que, de acuerdo con el testimonio del progenitor y de testigos, la mujer cedía a sus hijas como mercancía sexual a modo de trueque por alimento o dinero a convenir con el interesado de turno, en la vivienda en la cual residían en el barrio La Parada de dicha localidad.
A esto se suma que la pareja actual de Castaño, identificada por Angel Díaz como Herrera, de 25 años, violó a la mayor de las hermanas cuando ésta tenía 16 años. “Mi hija me dijo que este tipo la había atado a la cama para después violarla” y fruto del cobarde vejamen la víctima quedó embarazada de un niño, de un año. En este sentido, enfatiza que “cuando iba a la casa siempre discutía con este violador. Le decía a mi ex mujer ‘tené ojo con éste porque tiene una cara de sinvergüenza’”. Pero reflejando una impunidad asombrosa, las palabras de Díaz no lo amedrentaban a Herrera, quien lo recibía con un “hola, suegro”, dando a conocer así sus macabros deseos con la adolescente.
Sin embargo, su progenitora se ahogó en la pasividad, sin tomar cartas en el asunto como lo exige su rol de madre. “No hizo nada ella, dice que no sabía”, mientras su pareja logró darse a la fuga hacia la localidad de Quilmes tras la denuncia policial. La misma fue radicada por la directora de la escuela a la que concurría la entonces menor, luego que ésta se sincera rompiendo en llanto. Por lo tanto, fue la autoridad docente quien radicó la denuncia policial, mediante la cual tomó conocimiento Díaz, quien por estos días reconoce “estoy buscando la tenencia de mis tres hijas”.
No obstante, el mismo demandante deja en claro que “por ahora parece que todo queda en la nada. Nadie hace algo y yo no sé qué hacer porque mi hija vive alterada, no sé qué va a pasar”. El padre de las víctimas revela que la mayor de ellas “no quiere saber nada con volver a la casa de su mamá, tiene mucho miedo”. Por lo tanto, el hombre recurre en forma desesperada a “alguien que me pueda ayudar porque necesito conseguir un lugar para hacer una casa más grande para poder traer a mis hijas. Principalmente, también porque mi nieto es muy chiquito y necesita tener su piecita”. Castaño se dirigió junto a sus tres hijas al Hospital de Niños de La Plata, a fin de realizar las pericias médicas.
Fuente: Diario Crónica