Los beneficios de las correcciones al impuesto a las ganancias que dispuso el Gobierno serán transitorios en la medida en que el régimen de aplicación del tributo no se ajuste automáticamente por inflación, advirtió ayer la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
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Los beneficios de las correcciones al impuesto a las ganancias que dispuso el Gobierno serán transitorios en la medida en que el régimen de aplicación del tributo no se ajuste automáticamente por inflación, advirtió ayer la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
Un informe del economista jefe de FIEL Daniel Artana planteó que la propuesta tributaria lanzada por la Casa Rosada empeora la calidad del diseño tributario, también el resultado fiscal de corto plazo y probablemente termine en un aumento permanente de impuestos.
Consideró que cualquier variación tributaria resulta más permanente si es que es aprobada por el Congreso, al realizar una evaluación de la reciente modificación del impuesto a las ganancias anunciada por el Gobierno y que, en un principio, favorecería a más de 8,3 millones de asalariados (registrados en blanco) en el país.
Artana alertó que el Gobierno ha reaccionado con una propuesta que empeora la calidad del diseño tributario, empeora el resultado fiscal de corto plazo y probablemente termine en un aumento permanente de impuestos al pedido de dirigentes del arco opositor y sindicalistas de elevar el piso de Ganancias, financiando esa corrección con una eliminación de exenciones a la renta financiera.
Reducción transitoria
El economista sostuvo que cualquier reducción de impuestos “es transitoria en la medida en que el mínimo no imponible no sea ajustado automáticamente por inflación”, en momentos en los cuales el costo de vida en la Argentina se incrementa a un ritmo del 25% anual, de acuerdo con mediciones privadas.
“En el extremo se podría terminar dentro de unos años con la misma presión tributaria sobre los asalariados y con mayores impuestos a los dividendos y a la transferencia de acciones de empresas que no cotizan en bolsa”, advirtió, al tiempo que subrayó la importancia del Congreso para reglamentar variaciones impositivas.
En su informe, el economista jefe de FIEL indicó que “el efecto fiscal de corto plazo es negativo, pero en el mediano plazo se vuelve más neutro ya que la inflación volvería a erosionar el valor real del mínimo no imponible y, al menos para las compañías extranjeras, se debería volver a un flujo normal de pago de dividendos al exterior”.