inicia sesión o regístrate.
¿Los joystick han vencido a la magia del circo? ¿La poesía de una carpa que recorre los caminos llevando alegría y fantasía está en desuso en estas épocas? De ninguna manera. Los embates del mundo moderno sobre las tendencias de la cultura del entretenimiento, no llegan a dejar de lado el arte del circo.
Así lo demuestra el Circo Safari, que luego de girar por ciudades como Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba Santiago del Estero y Jujuy, llega a Salta, en el predio del Hiper Libertad. En este caso, el circo Safari trae un espectáculo familiar y una lujosa carpa, por donde pasa un show con más de 30 artistas de primer nivel.
A lo largo de sus más de 100 años de existencia, este circo recorrió las ciudades más perdidas del continente, con espectáculos creados para todas las edades pero manteniendo el espíritu del circo tradicional. De esta manera cuenta con artistas de diferentes nacionalidades, totalizando más 50 personas que son parte de la compañía, junto al equipo técnico, de sonido, coreógrafos y publicistas.
Cuando el circo estuvo en gira por Chile, se sumaron a la compañía el payaso más famoso de Perú: el Gran Rulito. Con un humor desopilante, el Gran Rulito arranca las carcajadas del público sanamente y con un acting especialmente preparado para la temporada 2013. Mezcla en su humor canciones tiernas que permiten interactuar con los niños, que se entusiasman con la propuesta del clown. Unos de los momentos más esperados del espectáculo, sin dudas, es el de la magia. Así entra en escena Mr. Bastian, un mago que presenta actos con efectos visuales increíbles que asombran al espectador con sus desapariciones a metros de las miradas expectantes del público.
La mecánica del show
El espectáculo del circo es un mecanismo muy bien aceitado, que debe desarmarse y volverse a armar en la siguiente ciudad que toque su gira. De esta manera, el show está movilizado por diez hermosas bailarinas que entran y salen de escena. Y para que el público sienta el vértigo, en el aire dan cabriolas y acrobacias.
Luego, un espectáculo de danzas corporales con ula ula, nos presenta la brasileña Sheila. Pero el que se roba todos los aplausos, quizás por el riesgo que conlleva, es el número de los motociclistas que arriesgan su vida segundo a segundo cuando arrancan en el Globo de la Muerte: una estructura gigante de metal donde en el interior dan vueltas varias motocicletas a una velocidad de más de 90 kilómetros por hora. “Todos los números tienen algo especial, todos son muy sorprendentes y no hay uno que sea mejor que otro; cada uno tiene sus emociones”, nos dice Fernando, el presentador de Safari.