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El Gobierno Nacional pretende que a más tardar la próxima semana quede convertido en ley el proyecto que presentó ante el Congreso que tiene por objeto reabrir el canje con el 7% de tenedores de la deuda en default que quedó sin descontar. Este sería el tercer intento por llegar a un acuerdo, ya que en los anteriores canjes, realizados en 2005 y 2010 respectivamente, se renegoció el 93% de la deuda que había entrado en default en diciembre de 2001.
De este proyecto podemos destacar dos artículos, el 2 y el 7. El artículo segundo ratifica que los “términos y condiciones financieras que se ofrezcan no podrán ser mejores que los ofrecidos a los acreedores en el decreto 563/10”, que fueron los pactados en el canje del 2010.
En su artículo 7 el proyecto suspende la vigencia de la denominada ley cerrojo, que no autorizaba la renegociación de la deuda en default a los que no habían ingresado en los anteriores canjes de deudas.
Esta medida -por cierto arbitraria y hasta soberbia- sigue vigente a pesar del tan mentado juicio que los llamados fondos buitres nos iniciaron en los tribunales de New York y que actualmente estamos esperando a ver si la Corte Suprema de los EEUU acepta primero la apelación y luego revierte los fallos adversos dictados por el juez Griesa y que fueron ratificados por la Cámara de Apelaciones de ese país.
Este proyecto de ley no pretende lograr que todos los acreedores lo acepten, sino garantizar que los tenedores de títulos en default tengan un tratamiento igualitario. De esta manera, bajaría el monto de los litigios de los pequeños inversores y bonistas que pretenden iniciar juicios en tribunales extranjeros.
Durante los plenarios de comisiones del Congreso que elaboraron el dictamen del proyecto de ley que estamos analizando, tanto el ministro de Economía Hernán Lorenzino, como el Secretario de Política Económica Axel Kicilof, ratificaron que es una muestra que “Argentina no eludirá sus compromisos de pago con sus acreedores”. También consideraron la propuesta como “generosa y equitativa con estricto criterio de justicia”.
Cómo se llegó a esta instancia
El equipo económico de nuestro país se equivocó en la manera de encarar el juicio en los EEUU. Mostraron mucha soberbia y fueron al choque. Las negociaciones se tendrían que haber hecho al iniciarse el juicio, en el que los fondos buitres reclamaban el pago del 100% del valor nominal de estos títulos, y no ahora, cuando estamos supeditados a lo que decida este alto tribunal.
Se busca renegociar el porcentaje de deuda que quedó sin poder entrar en los canjes I y II y que, a pesar de ser poco significativo, nos puede causar demasiados problemas, especialmente si obtenemos un resultado adverso ante la Corte Suprema de los EEUU
Los jueces norteamericanos son conscientes de que con sus fallos ponen en peligro no solo la reestructuración de esta deuda (U$S 1.330 millones), sino otras reestructuraciones que puedan surgir en los mercados financieros. Hay que aclarar que su dictamen no sienta precedentes, lo que no es un tema menor.
El proyecto de ley que el Ejecutivo mandó al Congreso para la tercer etapa del canje estará lista en una semana, y la respuesta de la Corte se conocerá recién el año que viene.
Muchos sectores políticos adelantaron que apoyarán esta iniciativa. Algunos como el senador radical Gerardo Morales dijo que “la reapertura del canje debió haberse hecho antes”. Sin embargo apoyará la medida en general, pero con un dictamen propio que elimina la ley cerrojo en lugar de suspenderla.
La senadora salteña Sonia Escudero aclaró que el proyecto “prohíbe cualquier pago en mejores condiciones a los tenedores de deuda pública que hubieran iniciado acciones legales, lo que parece anticipar que el Estado argentino no va a cumplir con un fallo de la Corte americana que disponga lo contrario”.
El temor de la Presidenta
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner está un poco atemorizada con este tema. Recordemos que en uno de sus últimos discursos dijo: “Dios ilumine a la Corte de los EEUU”. Ella sabe que cambiar las condiciones pactadas u ordenadas o dejar de pagar las deudas atemorizan a los mercados financieros, justo en el momento que necesitamos generar un clima de confianza en nuestro país para que se produzcan mayores inversiones.
Pero el problema en este caso no es el juicio de los fondos buitres, que “son papelitos de colores” tal como opinó Axel Kicilof, ni el 7% de deuda que falta renegociar; sino que el fallo de la Corte sea negativo y habilite al 93% de tenedores de bonos que aceptaron los canjes anteriores a reclamar el 100 x100 de sus títulos ya renegociados.
Si la Corte de los EEUU ratifica lo actuado hasta la fecha por la Justicia y obliga a pagar los U$S 1.330 millones a los fondos buitres, no tenemos la plena seguridad desde el punto de vista jurídico e internacional de que los tenedores de bonos que aceptaron el canje en 2005 y 2010 inicien reclamos por la vía que corresponda para que a ellos también se les pague el valor nominal de sus títulos.
Ante la incertidumbre de que se reviertan o queden sin efecto por una orden judicial la quita realizada a nuestra deuda en default, que en un 93% ya fue renegociada en los canjes anteriores, podemos concluir que todo lo realizado en estos últimos años no sirvió de nada.
Si esto ocurre -es decir que nos obliguen a pagar el 100x100 de toda la deuda en default-, primero perderíamos las pocas reservas que nos quedan y el solo hecho de pensar que podríamos volver a declarar unilateralmente el default que tanto daño nos está haciendo y renegociar nuevamente esta deuda, sería una solución pero no es aconsejable.
Sería mejor dialogar, consensuar y buscar la solución entre todos.
Para eso se necesitará generar confianza y establecer reglas de juego claras.