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Un automóvil se hundió ayer, en horas de la mañana, en las aguas del dique Cabra Corral, a la altura del paraje El Préstamo, cuando el conductor estacionó el vehículo y bajó a su familia y el auto se desplazó hacia el espejo de agua.
La familia salteña salvó la vida de milagro al haber descendido segundos antes.
El desesperado dueño, domiciliado en Amalia Aybar de villa Mitre, quiso detener la caída del vehículo y fue arrastrado por las piedras, sufriendo heridas en el rostro y en otras partes del cuerpo.
El curioso accidente se produjo cerca de las 9 de ayer cuando el conductor de un Peugeot 407, de color negro, estacionó el auto mirando hacia el espejo de agua, no puso freno de mano ni calzó las ruedas, sólo logró bajar a su hijo de cuatro años cuando el automóvil comenzó a moverse por la pendiente. La mujer del conductor descendió del auto cayendo pesadamente. El Peugeot comenzó su derrotero por la ladera, se sumergió, navegó unos veinte metros y se hundió.
En el fondo del dique lo hallaron volcado, porque el aire de las ruedas hizo que el vehículo se invierta.
Los buzos de la Policía Lacustre llevaron el Peugeot semisumergido hasta cerca de la orilla, lo dieron vuelta y con un malacate lo izaron a la superficie. Los buzos localizaron el automóvil a siete metros de profundidad y a unos 25 metros de la orilla. Más de cuatro horas les llevó sacar el automóvil a la superficie.
Trabajaron en el lugar efectivos de la subcomisaría de Coronel Moldes para las tareas de rigor.
Fuentes policiales aseguraron que fue una desgracia con suerte, ya que cuando el automóvil tocó el agua, ya no tenía a sus ocupantes adentro.
“Un error, unos segundos más dentro del auto y se iban a ir al fondo y esta historia iba a convertirse en tragedia”, dijo el vocero de los rescatistas.