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La personalidad de los personajes femeninos de Disney ha ido con los años haciéndose más fuerte, valiente, aventurera y arriesgada. Sin embargo, su aspecto nunca ha dejado de ser el de damiselas bonitas, alegres y presumidas. Cuentan que la codirectora de “Brave”, Brenda Chapman, montó en cólera cuando su protagonista, la valiente princesa pelirroja Merida, sufrió un proceso de sexualización para terminar convertida en una linda chica y poder formar parte de la colección de princesas.
Y la polémica volvió a desatarse en la Navidad pasada cuando el jefe de animación del clásico de Disney que se estrena hoy en Salta, “Frozen. El reino de hielo” (ver más información en página 30), muestra a las dos hermanas que protagonizan la película, Anna y Elsa, casi exactas. Comentan que los dibujantes sudaron para conseguir alguna diferencia.
Belleza y bondad
Aunque ahora hay heroínas al margen del cliché, como Lilo o la princesa Fiona de Shrek, son solo excepciones.
Un estudio publicado por una revista especializada en psicología social, Journal of Applied Social Psychology, titulado “¿Los personajes de Disney retratan y promocionan el estereotipo de que belleza es igual a bondad?”, lanzó el debate.
A partir de un análisis de una veintena de películas concluyó que “se establece un paralelismo entre belleza y heroicidad: sus personajes femeninos físicamente atractivos muestran más inteligencia, menos agresividad y más virtudes morales”.
Claro que este cliché no es propio de Disney, sino que fue tomado delos cuentos de hadas europeos.
Rasgos infantiles
Por otra parte, la investigación “¿Por qué las apariencias importan?”, del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, demuestra que los rasgos faciales infantiles son percibidos como cálidos y honestos, aunque físicamente e intelectualmente más vulnerables; y forman parte del estereotipo de feminidad. Su descripción de rasgos infantiles podría servir como retrato de cualquier princesa Disney: ojos grandes, nariz pequeñas, rasgos redondeados nada angulares, frente ancha y barbilla estrecha”.
Los dibujos del cómic japonés Manga moderno también son conocidos por el enorme diámetro de sus ojos. La razón está en que el creador del estilo, Osamu Tezuka, era un enamorado de la estética de Disney y la imitó.