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Argentina, otro planeta en la mirada extranjera

Domingo, 09 de marzo de 2014 03:05
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Por Alvaro Benavides
 
Explico que no es verdad que nos nieguen la posibilidad de acceder a divisas, aunque es bastante difícil comprarlas

-¿Eres argentino y estas estudiando aquí?-

-Si-

-Que bien, creía que vosotros casi no podíais salir de su país porque les era imposible convertir moneda-

Este diálogo se ha repetido un par de veces desde mi arribo España, no literalmente por supuesto.

He recordado la conversación sin cambiar, por supuesto, una u otra palabra.

Era necesario que el significado que tuvo en ese momento de la charla, sigue siendo el mismo. Una vez que mi interlocutor finaliza con su descripción sobre cómo ve al mundo, a Europa, y a la Argentina, a la cual considera un mundo aparte (en esto concordamos), sobreviene una extensa descripción mía acerca de los exóticos fenómenos económicos y monetarios que atravesamos a diario. Explico que no es verdad que nos nieguen completamente la posibilidad de acceder a divisas, aunque es bastante difícil comprarlas, y discurro sobre el hecho de que coticen un euro oficial (al cual si, nadie accede) un euro tarjeta y un euro blue todos al mismo tiempo.

Somos pocos

Expongo la situación de un par de otros estudiantes con los que comparto clases, que realmente sufren la retención del 35% cada vez que utilizan tarjetas para realizar cualquier compra.

Infiero que aquella ha de ser la razón por la cual solo somos tres argentinos los que estamos cursando materias en mi carrera, mientras que en un aula hay aproximadamente una veintena de alumnos mexicanos y una docena de brasileños y chilenos.

Luego analizo y presento mis estimaciones a mi interlocutor.

Me refiero concretamente a la devaluación, la inflación, la caída de las reservas, los vaivenes de la política monetaria argentina (la negación de la existencia de un cepo, y posteriormente el anuncio de su eliminación, seguido del hecho de que este todavía existe), las “novedosas” políticas de control de precios impulsadas desde el gobierno, la imposición de topes máximos a consumos desde el exterior (tan solo se permiten dos compras por internet con el objeto de defender la industria nacional, la que luego es denostada por la política de precios cuidados).

“No se preocupe de entender todo  lo que le conté”

Con mi interlocutor puesto frente a mí, tomo la palabra que debe explicar qué es la Argentina actualmente. Por supuesto, una vez transcurridos 15 o 20 minutos de mi exposición, finalizo y encuentro a mi escucha con la mirada fija en un punto en el horizonte, inmóvil, como si su mente todavía estaría en proceso de analizar y asimilar la realidad económica Argentina.

Allí es cuando lo tomo del hombro o recito un chiste, con el objeto de traerlo de nuevo al mundo de los vivos, y trato de reconfortarlo diciéndole que no se preocupe si no es capaz de entender todo lo que acabo de comentarle.

Indico que incluso para nosotros es difícil comprender la situación en la que verdaderamente nos encontramos, debido a nuestra naturaleza proclive a dejarnos llevar por grandes relatos, tanto los de liberación como los de caos y la apocalipsis inminente.

Una vez que vuelve en sí, aunque todavía conmocionado por tanta información, por lo general afirma que va a leer un poco más sobre la situación argentina actual ya que la encuentra profundamente interesante (para algunos lo incomprensible provoca justamente curiosidad) y otros directamente proceden a una exposición de motivos sobre porque el gobierno de Rajoy es increíblemente peor que el argentino.

 

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