A partir del martes, el hall de la Casa de la Cultura (Caseros 460) albergará las obras de Maridée Roubineau, pintora nacida en Corrientes y radicada en Cerrillos desde hace varios años. La muestra “La travesía: del Edén al Inframundo” se habilitará el 15 de abril a las 20, en el marco del XXXVIII Abril Cultural Salteño.
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A partir del martes, el hall de la Casa de la Cultura (Caseros 460) albergará las obras de Maridée Roubineau, pintora nacida en Corrientes y radicada en Cerrillos desde hace varios años. La muestra “La travesía: del Edén al Inframundo” se habilitará el 15 de abril a las 20, en el marco del XXXVIII Abril Cultural Salteño.
En sus obras, Roubineau plantea una búsqueda que tiene que ver con preguntas existenciales del ser humano. “La muestra tiene este nombre porque me pareció que abarcaba la historia que yo cuento, que es la travesía de la vida. Creo que los seres humanos pasamos en este mundo por las dos etapas que muestro en mis trabajos: el Edén y el Inframundo”, explicó la autora a El Tribuno.
El lenguaje que Roubineau elige para sus obras tiene que ver con herencias ancestrales: “Utilizo muchísima simbología tomada de la mitología de varias culturas: la americana, la islámica, la europea primitiva... A través de esos símbolos trato de contar una historia”, señala.
Además, en sus pinturas se puede apreciar un uso metafórico de los colores. “El Edén está representado por los celestes y amarillos, y el Inframundo por los rojos”, resume.
Maridée Roubineau es maestra en Artes Visuales y realizó un posgrado sobre Arte Medieval. Participó de muestras en Italia, Francia, España, Salta, Santiago del Estero, Tucumán y Bs. As. Sus obras forman parte de la colección privada de Amnesty Internacional (Paris) y de colecciones de particulares en Irán, Italia, España, Turquía, Salta; Rosario, Bs. As., Mar del Plata, Tucumán, Jujuy y Santiago del Estero. Actualmente da clases en el IEM (UNSa) y en su taller privado.
Entre lo real y lo trascendente
Maridée Roubineau dice que en su trabajo pictórico “es fundamental la idea de la trascendencia”. Con la mirada fija en este horizonte, la artista abrevó de obras de grandes referentes de la temática “cielo-infierno”, como lo son Dante Alighieri y El Bosco. “Mi gran preocupación es el misterio de la existencia y de la trascendencia. Cómo todos, al final de nuestras vidas, terminamos trascendiendo en otros, queramos o no”, dice Roubineau.
La artista afirma que su obra es difícil de encasillar. Y refresca palabras que alguna vez le dedicara a su obra Leonor Navamuel: “Composición misteriosa y laberíntica, a dúo con la abstracción geométrica. Sugiere un espacio que se sitúa entre lo real y lo trascendente”.