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Cuantos recuerdos solidarios tenemos en nuestra querida provincia y que poco repetimos en nuestra vida sobre todo lo que se vive en setiembre en la fiesta de nuestros patronos, el Señor y la Virgen del Milagro que pareciera la única forma de ayudar.
Pero me pregunto: ¿tanto le cuesta a los salteños ser solidarios? ¿En el barrio nos miramos y tratamos de ayudarnos? Salvo honradas exepciones, ¿ayudamos a los que mas necesitan? ¿Esta sociedad actual aisla a las personas?, ¿Vivimos en una inercia social que poco nos comunica? ¿Será posible que ni en los hechos más tristes reaccionemos ayudando?, ¿Qué nos esta pasando?
Señores: el milagro somos nosotros y demostremos en todas nuestras acciones que la docencia de la vida esta en la presencia viva de nuestro ser ayudando a los que mas necesitan en forma solidaria.