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Desalojar es sacar algo o a alguien de un lugar, dejarlo vacío. Desplazar. El desalojo supone recordar el decir de nuestro Manuel J. Castilla en su poema El desalojo: “Yo lo encontré una tarde al desalojo. / Estaba en la vereda, en mueble y otro mueble amontonado, / su corazón desparramado y quieto... Lo sacaron del fondo de la casa, / a la fuerza, rameándolo / de donde estaba quieto, encariñado./ Salió de sus begonias llenas de escalofríos y manchadas,/ entre los curanderos ramos de la ruda... / Todo eso estaba dentro de la entraña / rota del desalojo...”
Ese ser “quieto y encariñado” del poema de Castilla que sufre un desalojo, viene a pintar la metáfora del libro “La palabra desalojada. Hablar y escribir en la Universidad”, donde los jóvenes son desalojados de sus propios territorios discursivos y lingísticos, porque deben funcionar en otros, en gran medida ajenos.
El libro la Editorial EDUNSa fue presentado el jueves en El Cabildo y los interesados en los recovecos del léxico y la sintaxis, podrán encontrarlo en La Rayuela, a 70 pesos.
Prestigiosas cultoras salteñas de la Lengua son sus autoras: Viviana Cárdenas (Coordinadora), Fernanda Álvarez Chamale, Cecilia Briones, Amalia Carrique, Marcelo Gareca, Laura González, Cristina Lera, Myriam Pagano y Elisa Segovia.
Es un libro que invita al lector a reflexionar acerca de los efectos que produce el discurso académico en el lenguaje hablado y escrito de los estudiantes de primer año. Y hace hincapié en un vital desafío para los docentes de todos los niveles: habilitar la palabra para que el alumno la tome y pueda incursionar en otros campos discursivos. Invita a democratizar la palabra, y abre el juego.
Una nueva área discursiva
“La palabra desalojada es un proyecto de investigación de Lingística Aplicada, aprobado cor el Consejo de Investigación de la UNSa. A partir de la investigación que hicimos, surgieron una serie de producciones de los alumnos que ponen el acento en el léxico y la sintaxis y sus problemáticas. Nos interesa mirar las circunstancias en las que los sujetos trastabillan con la lengua, pero no es una mirada focalizada en los tropiezos por las debilidades de la Educación Media, sino que miramos los tropiezos para saltar a una nueva área discursiva. La palabra desalojada viene a dar cuenta de una metáfora relacionada con el desalojo que hace la lengua con el sujeto, lo descoloca y lo lleva a tomar la palabra desde otro lugar en el campo académico y en la vida”, explicó Fernanda Alvarez Chamale, una de las autoras.
El libro tiene dos partes: una dedicada a la oralidad y otra a la escritura. Allí se analizan características de las producciones orales y escritas de los estudiantes que permitieron valiosas conclusiones.