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“El éxito, tanto como el fracaso, dependen de la sabiduría y de la inteligencia; éstos nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira”, enunciaba hace tiempo con una gran dosis de certeza el Dalai Lama, palabras que retumban también en Salta y mantienen su vigencia a través del tiempo. Porque no hay éxito menos productivo que aquel que nos obnubila y nos empacha de elogios, en todos los órdenes de la vida. Como así también no hay fracaso más rotundo que aquel que pasa como una efemérides o una mera estadística por nuestras vidas, que nos venda los ojos y no nos permite escupir la suficiente tierra como para asimilar todos los errores que nos llevaron a tal fin.
También suele decirse que los fracasos son más fructíferos que los éxitos, y esta es la bandera que deberán enarbolaron los clubes salteños más representativos y populares de la provincia para salir del pozo que los encontró en la última temporada, en la que el fútbol de Salta tocó fondo con el descenso de Central Norte.
Fracaso, precisamente, fue el vocablo más utilizado tras la eliminación de Gimnasia y Tiro, “el último de los mohicanos” en el que se depositaron las esperanzas de consuelo tras una de las peores performances de la plaza local en los últimos tiempos. “Fracaso” fue tendencia en las redes sociales “con el diario del lunes”, en ese preciso momento que todos nos volvemos eruditos opinólogos y hábiles diagnosticadores del mal de los clubes.
Ya demasiado se machacó en el tan trillado “fracaso” y en el haber tocado fondo con el descenso de Central Norte. Pero a partir de este borrón y cuenta nueva que se pondrá en marcha, tanto desde lo deportivo como en la vida institucional de los tres (albos y cuervos tienen flamantes conducciones, y Juventud Antoniana también la tendrá a partir del 12 de junio), será necesario de una vez por todas usar a favor, aprovechar y capitalizar ese frío y dañino adjetivo de siete letras. Deberá ser la herramienta básica para comenzar a edificar los tan deseados éxitos del futuro. Las permanentes sequías de millonarios, azabaches y antonianos no son una marca patentada de estos días ni fenómenos emergentes del hoy. Vienen de años de lastre, postergaciones, errores múltiples, malas elecciones de jugadores y por consiguiente dirigentes que contrataban por “correspondencia” o priorizaron su ego personal y experimentaron en los clubes como si fuese el patio de la casa, en desmedro de instituciones que se desangraban.
Las urgencias mataban la cordura y la mirada macro. Y los jugadores “golondrina” sin sentido de pertenencia llenaban planteles sin identidad y en muchos casos sin hambre.
Llegó el momento de comenzar a cavar para salir del pozo, por más arena que se trague en el proceso. Y que esta decepción rotunda sirva como un manual de instrucciones para no hundirse en el mismo pantano para lo que viene. De esto deberá aprender el cuervo, que se superpobló de jugadores que no estuvieron a la altura de su nombre y su historia por gestión de la anterior dirigencia y del DT Coleoni, a quien trajeron de emergencia para pelear un ascenso, pero que terminó siendo el principal responsable de la pérdida de la categoría del azabache.
Pero también deberá aprender el santo (y sus socios), el club que más retrocedió en obras e infraestructura en los últimos años, y con una intervención que se equivocó en todas sus gestiones deportivas hasta casi mandar a Juventud al descenso.
Y también el albo, que vio en el último tramo un hálito de luz en el camino y terminó de pie tras un año estigmatizado por errores de un semestre.
Luces y sombras de los refuerzos
CENTRAL NORTE
El descendido Central Norte fue el equipo que más superpobló su plantel de refuerzos foráneos. Quince refuerzos llegaron al cuervo al inicio de la pretemporada, de los cuales sólo cinco jugaron hasta el triste final, que desembocó en la pérdida de la categoría.
Carlos De Giorgi
Omar Díaz
Alejandro Mena
Luciano González
Martín Aguirre
Leonardo Piris
Eric Chmi
Federico Comini
Nicolás Bianco
Juan Berdun
Jonathan Artura
Matías Guerra
Leandro Martínez
Oscar Altamirano
Mauro Boaglio
GIMNASIA Y TIRO
Catorce refuerzos llegaron al albo desde que arrancó el campeonato. Cinco de ellos se marcharon tras la llegada de Salvador Ragusa, quien acertó con las dos incorporaciones más fructíferas del proceso (las de Héctor López y Juan Mauri). Además, habían llegado:
Arquero:
Ernesto Hernández
Defensores:
César González
Nicolás Aguirre
Diego Guidi
Gastón Suso
Volantes:
Leandro Navarro
Luciano Cabrera
Pablo Saucedo
Delanteros:
Francisco Vazzoler
Conrado Besel
Claudio Acosta
Gonzalo Rovira
JUVENTUD ANTONIANA
16 apellidos arribaron al santo de la mano de Laspada. Mariano Maino fue el mejor de los refuerzos, por la atajada clave que le valió la permanencia al santo y mandar al cuervo al descenso. Se sumaron:
Arqueros:
Ezequiel Viola
Mariano Maino
Defensores:
Juan Pablo Cárdenas
Emanuel Martínez
Ezequiel Palacio
Matías López
Hernán Fernández
Volantes:
Matías Ferrnández
Rubén Molina
Luciano Córdoba
Daniel Liva
Alan Sánchez
Matías Ceballos
Delantetos:
Marcos Litre
Henry Sáez
Rodrigo Sánchez
LA LINEA DE TIEMPO
2009-2010
- Central Norte se consagra campeón al adjudicarse uno de los pentagonales del Argentino B y asciende. Pedro Rioja era el DT.
-Gimnasia y Tiro, con Victor Riggio como entrenador, cierra una buena campaña en el mismo pentagonal que finalmente ganó Central Norte, y no pudo ascender.
- Juventud Antoniana intentó llegar a la B Nacional, con Gustavo Coleoni como DT, pero se queda en el camino durante el pentagonal que clasificaba a las semifinales.
2010-2011
- Gimnasia y Tiro sale campeón del Argentino B en Pergamino de la mano de Salvador Ragusa. Hace una tremenda campaña y asciende al Argentino A.
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- Central Norte luchó por el ascenso a la B Nacional con una doble chance: perdió la primera ante Brown (PM) y la segunda con Desamparados, en el play-off de la promoción. Rioja, Coleoni, Islas y Honecker fueron los técnicos.
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- Juventud cierra una mala campaña quedando afuera de toda chance de pelear por el ascenso. Jorge Solari y Adrián Cuadrado condujeron al equipo en esta temporada.
2012-2013
- Con Iván Delfino a la cabeza, Juventud no pudo pelear por el primer ascenso y quedó eliminado en el primer play-off por la promoción ante Juventud Unida de San Luis.
- Central llegó más lejos que santos y albos; se ilusinó con ascender a través de la promoción pero cayó en semifinales ante Sportivo Belgrano. El DT fue Hubert Piozzi.
- El albo, con el Tano Riggio como técnico (Antuña dirigió al equipo en la primera parte del torneo), también se queda en el camino en el primer play-off ante Rivadavia de Lincoln
2012-2013
- Juventud no pudo alcanzar el primer ascenso en el endecagonal y en los play-off por el segundo ascenso avanzó hasta los cuartos de final ante Sportivo Belgrano. Iván Delfino y Albornoz fueron los entrena
- Gimnasia realizó la misma campaña del santo, no pudo en el reducido y cayó en los cuartos de final frente a Deportivo Maipú. Riggio era el DT.
- Central Norte hizo un mala temporada, no clasificó al endecagonal y también dio pena en la reválida. Piozzi arrancó como entrenador y luego lo reemplazó Omar Jorge
2013-2014
- Gimnasia y Tiro se salva del descenso en la reválida y llega a la primera serie de play-off por el segundo ascenso (octavos de final), donde cae ante Guillermo Brown de Madryn y con un escandaloso final.
- Central Norte desciende al Argentino B luego de una pésima campaña que realizó de la mano de Gustavo Coleoni como técnico. Salta pierde una plaza en el Argentino A.
- Juventud hizo otra paupérrima campaña con Mauro Laspada como DT; se salvó del descenso y de milagro en el desempate con el cuervo.
LAS OPINIONES
SERGIO CHIBAN
Obviamente, la performance de los equipos grandes no fue buena, salvo Gimnasia que ingresó a un repechaje en el que la realidad indicaba que sus chances por la desventaja deportiva no eran las mejores. Nosotros en la Liga tenemos el orgullo y la alegría por el ascenso de Pellegrini. Nosotros vemos el fútbol como un todo, no nos limitamos a los grandes. No podemos estar contentos, Central Norte descendió y el Argentino A se puso difícil para los salteños. Para mejorar, no sólo pasa por elegir bien, sino también por gestionar bien los recursos y trabajar en políticas.
Hoy tenemos que pensar en el corto plazo y en esta ventaja que nos ofrece la reestructuración y a la posibilidad de lograr ascensos a fin de año. Los clubes deben apostar a un trabajo paralelo con las inferiores, para aumentar la competitividad de las divisiones menores. Este es un proceso de 3 o 4 años, pero hoy no están dadas las condiciones para forjar una base fuerte y en los clubes hoy tampoco hay un convencimiento de las dirigencias. Como ventaja, la próxima temporada arrancará con los tres clubes normalizados. Pero nadie tiene la receta mágica para ascender.
MIGUEL VELARDE
El primer error fue que los clubes salteños trajeron técnicos que no le encontraron la vuelta a este tipo de jugadores, que no estaban a la altura del campeonato. Laspada tal vez conocía lo que es Juventud, pero se equivocó siempre, eligió jugadores que no podían vestir la camiseta de Juventud.
El fracaso del fútbol salteño ya viene de hace mucho tiempo, los dirigentes están apostando mal y no miden las consecuencias. Sigo sosteniendo que el dirigente tiene que ser dirigente y no elegir jugadores. Hay muchos jugadores en la institución que tienen que ser vistos por el técnico. Sin dudas, uno se pone triste por lo que era el Juventud de antes. Quiero ver lo mejor para el club. Quiero ver un Juventud diferente. Lo mismo para Central Norte y Gimnasia. No siempre tienen que seguir dando vuelta en los mismos jugadores, ese es un error.
Ahora, el dirigente que le toque dirigir Juventud tiene que ser sereno y fijarse bien, hablar con referentes. Tipos como (José) Valdiviezo te pueden elegir un buen arquero, (Raúl) Iturrieta un buen cinco y (Sergio) Albornoz un buen defensor. Los referentes de Salta no tienen que perder protagonismo. Ellos también pueden aportar.