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Los lugares comunes de Urtubey: entre el silencio y la victimización

Miércoles, 11 de junio de 2014 15:38
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Por lo general, el gobernador Juan Manuel Urtubey frente denuncias de corrupción que se dieron en su gabinete reaccionó de manera similar. En ocasiones no reconoció el problema, en otras se victimizó diciendo que era blanco de una campaña de desprestigio de parte del diario El Tribuno y en otras reaccionó frente a las irregularidades.

La última fue con Fernando Alesanco, quien renunció al frente del Instituto Provincial de la Vivienda luego de las irregularidades denunciadas por este diario. En este caso Urtubey mantuvo el silencio, luego ordenó su intervención y solo después habló sobre el tema: "Eso (la investigación) no se permite ni se deja permitir. Eso se tiene que hacer con total y absoluta claridad. No hay nada que esconder".

Sobre el impresionante crecimiento del patrimonio del ministro de finanzas, Carlos Parodi había dicho en una entrevista radial "no tiene sentido hablar sobre estas cosas porque son absurdas. El ministro Parodi ya aclaró absolutamente todo, es parte de la campaña de desprestigio que todos sabemos". 

De igual manera, cuando estalló el escándalo por la adjudicación de viviendas de Lomas de Medeiros a funcionarios y familiares, se refirió al emblemático caso del secretario de Legal y Técnica de la provincia, Pablo Robbio Saravia: "Es un pobre funcionario que no tiene propiedades", explicó. Cuando en verdad Robbio Saravia había declarado tener una propiedad de 392 metros cuadrados en Las Costas, otra propiedad en una urbanización de Pinamar y el 20% de un departamento en el centro salteño. 

Para esta ocasión Urtubey volvió a no reconocer un error pero sí anuló 39 preadjudicaciones. Y en conferencia de prensa culpó El Tribuno: "Es mentira de El Tribuno. Ese señor, honesto y decente, no tiene ninguna propiedad. Tuvo alguna herencia en porcentaje. No tiene nada, pobre. Su declaración jurada es de hace 5 años", había expresado. 

En el caso de Marcelo Cil, investigado por su "súbito enriquecimiento" no fue presionado para renunciar o algo parecido sino que fue trasladado de la secretaría de Asuntos Municipales a la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de Salta. Eso sí, sin que Urtubey si quiera hiciera alusión al tema, al menos mencionando a Cil. 

Tampoco sucedió nada extraordinario cuando tras una denuncia de este matutino quedó en evidencia que el entonces ministro de Ambiente y Producción Sustentable, Alfredo De Angelis otorgara millonarios créditos fiscales a su familia. Para esa ocasión dijo en una entrevistas radial "no tenemos nada que esconder, todos van a la justicia. Acá es fácil denunciar, hay un ejército de denunciadores profesionales que trabajan todos al servicio de una causa política". Y también agregó: “Si alguno habrá cometido un error o un delito, lo pagará. No creo que sea el caso de los funcionarios de mi gobierno porque en definitiva desde mi gestión hemos bregado para que no pase en Salta lo que pasaba en otras épocas". Semanas después, reemplazó a De Angelis por Baltasar Saravia. 

Asimismo, tras la reciente denuncia de funcionarios y familiares con beneficios extra para llevar a cabo el plan Procrear, los defendió y tildó de "absurdo" el planteo de El Tribuno.     

La culpa de El Tribuno

En distintas ocasiones, no solo en las que había supuestos casos de corrupción por detrás, Urtubey apuntó a El Tribuno. Uno de estos casos fue cuando salió a la luz el hecho de que la directora del CIF, Gabriela Buabse, haya firmado un documento en el que los derechos de una menor eran descuidados. La acusación también se repitió cuando en 2011 dos oficiales de alto rango fueron detenidos en un operativo que incluyó drogas, tráfico de dinero y torturas contra detenidos. 

Su máxima acusación se dio cuando acusó al diario de "apoyar a los narcotraficantes", frase que valió incluso una advertencia desde la SIP, la Sociedad Interamericana de Prensa. 

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