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El dictamen adverso de la Suprema Corte de los Estados Unidos va a complicarnos la vida. Ningún opositor puede celebrar el traspié, porque no es del gobierno, sino del país.
Sorprende el fallo, porque es un antecedente que compromete cualquier futura reestructuración de la deuda soberana de este u otro país. Además, es injusto. De todos modos, el Gobierno debe asumir que no es una deuda heredada, porque es su función resolverla. La gestión de Néstor Kirchner y Roberto Lavagna en 2006. Es posible que haber dejado este tema en manos de Amado Boudou y Hernán Lorenzino no haya fortalecido la posición argentina.
Señora Carlotto
La excelente opinión que le merece el vicepresidente Boudou es absolutamente irrelevante. Admito que al estar ideológicamente identificada con este gobierno, usted no puede opinar en contrario. En su fuero íntimo evidentemente está convencida de que es un buen muchacho, caso contrario mantendría un saludable silencio. Como persona que enarbola la bandera de los Derechos Humanos, debe saber que robar dineros públicos son delitos a mi entender que tienen que equipararse con los de lesa humanidad. En el otro extremo del país, que pocos conocen, mueren niños de parasitosis, tuberculosis, enfermedades oportunistas, inanición hambre de comida y agua.