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Trabajé 25 años en la Escuela Juan Bautista Alberdi. Comencé como maestra suplente y me jubilé allí mismo como directora. A lo largo de los años vi cómo se deterioraba y se agregaban aulas sin buena estructura y con poca ventilación. Los pedidos de mejora en el aspecto sanitario y edilicio fueron permanentes. Hubo ocasiones en las que se clausuró el salón de actos por goteras que eran como cataratas, paredes electrificadas y aulas cerradas por peligro de derrumbe. La escasez de agua en los sanitarios nunca se atendió de manera efectiva.
El bello e histórico edificio fue descuidado por cuanta gestión pasó por la cartera educativa. Ahora leo azorada que se quieren cerrar las escuelas céntricas ... Nadie piensa que su población escolar está compuesta por alumnos de la zona, pero que muchos son niños cuyos padres trabajan en el centro y así organizan su vida familiar. Esto es, aparte de la ya antigua intención de degradar a la gloriosa escuela pública, ¿ahora se suma una estrategia para realizar un jugoso negocio inmobiliario? Sería peligroso y destructivo. Los que nos formamos y trabajamos en la escuela pública estamos orgullosos de ella. Por favor, no la degrademos. La mejoremos!
Juana Rosa Vera de Granados
Salta capital