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El 25 de junio mi nieto de 12 años fue como todos los días a la escuela ubicada en barrio San Carlos. Como estaban transmitiendo el partido de la selección argentina, todos los alumnos junto con la maestra se reunieron en un salón para verlo. En ese momento, una persona desconocida ingresó al establecimiento, habló con una menor, se dirigió a las aulas y sustrajo la mochila con todos los útiles de mi nieto. A todo esto, nadie de la escuela estaba enterado. Nadie controla en la puerta la gente que entra y sale. No solo pueden robar una mochila, sino hacer cosas peores. ¿Y los directivos ?!
Nadie presente, nadie responsable . Cuando acudimos a la policía del mismo barrio para que nos tomaran la denuncia la respuesta que recibimos fue la siguiente: “no se puede hacer nada, porque estamos en cambio de turno ... Es que también estaban mirando el partido. Debido a esto, con ayuda de mi hijo, solos comenzamos la búsqueda que terminó en Villa Santa Ana con un grupo de jóvenes adictos que nos solicitaron plata a cambio de las carpetas, porque a la mochila ya se la habían fumado!. Esto sucede en las escuelas de nuestros barrios. Cualquiera entra, cualquiera sale y, siempre, sin dar explicaciones. Hoy fue una simple mochila, mañana puede ser agredido uno de los alumnos, porque nadie controla la puerta y porque la policía no está donde debe. ¿Les pagamos un sueldo para que vean un partido en lugar de cuidar a nuestros niños?!
Rosa Vegas
Barrio Limache