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Estuvo atado

Jueves, 10 de julio de 2014 01:24
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Lionel Messi estuvo atado y poco pudo hacer en la semifinal contra Holanda. El diez argentino no apareció en la semifinal, pero con Argentina en la final la esperanza está puesta en que termine brillando como lo hizo en la primera fase. 

Se sabía que Messi iba a enfrentarse con jugadores de gran porte, y no con uno sino con dos, tres y hasta cuatro a la vez. La misión holandesa era no dejarlo avanzar y desde ese punto de vista cumplieron con su objetivo. Fueron muy pocas las oportunidades que tuvo Messi de desprenderse y llegar con comodidad al borde del área para castigar de zurda.
En el primer tiempo tuvo un tiro libre que cruzó la línea de la barrera holandesa, pero el arquero Jasper Cilessen estaba bien ubicado y , sin dar rebote, retuvo la pelota.
Después se fue apagando con el transcurso de los minutos. Estuvo impreciso, pero mostró toda su clase en el primer penal argentino en la serie definitoria. 

 

No es el Messi que queremos ver

A Messi le falta sacar a relucir mucho de la gloria futbolística que ganó en su carrera. Contra Holanda no mostró la faceta que todos quieren ver, ni siquiera Alejandro Sabella. 
Esta vez, envuelto por la telaraña defensiva que le preparó el técnico holandés Louis van Gaal, Messi no fue el solista salvador que con sus goles y pases había cargado a Argentina en los cinco partidos anteriores. 
No gravitó, pero tampoco puede quejarse: no fue el único responsable de aportar en la cancha dentro del equipo argentino y ahora está a un partido de borrar cualquier duda sobre su puesto en la cima del mundo futbolístico.
Messi necesita tener mayor compromiso con el juego, la habilidad la tiene y eso es innegable. La actuación que presentó en los últimos minutos del alargue fue los peor que se vio del capitán argentino en los últimos años. Estuvo impreciso y sin el coraje para ir a pelear la pelota cuando era necesario trabar como lo hicieron ayer muchos de los jugadores argentinos. 
Para ganar la final, para ser campeones del mundo, se necesita otro Messi, no el que jugó ayer. Se necesita a un Messi mucho más activo para dejar atrás a los alemanes en lo que será una final histórica. 
La esperanza está puesta en ese partido que le resta jugar a Argentina en terreno brasileño. Ahí debe estar presente Messi para hacer realidad la ilusión que acarrean miles de argentinos desde hace 28 años. 

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