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Como aquel golazo de zurda que metió contra México en los octavos de final de Alemania 2006, Maxi Rodríguez volvió a darle una histórica clasificación a la Argentina en un Mundial.
El jugador de Newell’s, que disputa su tercera Copa del Mundo, convirtió el cuarto y decisivo penal que desató el festejo de los jugadores, de los miles de hinchas que estuvieron presentes en el Arena Corinthians y de los millones que celebraron en nuestro país.
“Cuando hacés esos metros es terrible. Le apunté a la cabeza para romperlo todo”, contó la Fiera Rodríguez.
“Fue mucho el sacrificio, con muchas malas. Merecíamos esto. Se lo merece el grupo. El fútbol es un juego y puede pasar de todo. Ya está, la suerte esta echada. Lo que venimos haciendo en este Mundial es impresionante. Se lo merece el vestuario”, dijo Maxi.
Sabella lo puso en el cuarto turno en la tanda de penales. Después de él venía Lucas Biglia, pero ese penal nunca llegó porque Rodríguez selló el triunfo para una serie perfecta. Los cuatros jugadores argentinos convirtieron sus penales y Sergio Romero tapó dos.
Ni bien vio que la pelota tocaba la red el jugador corrió para fundirse en un abrazo con el arquero argentino. Luego llegó el resto del plantel y el cuerpo técnico para sumarse a la alegría.