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Con los ojos del alma

Miércoles, 02 de julio de 2014 03:52
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La pasión por el fútbol en el Mundial es transversal. Nadie se quiere perder los partidos de la Selección; nadie quiere dejar de acompañarla ni de hacer fuerzas para ganar. 

Ayer, El Tribuno compartió el encuentro de Argentina frente a Suiza con Antonio, empleado no vidente del Concejo Deliberante y maestro, su señora Beatriz, que tiene resto visual, dos de sus hijos y un amigo del fútbol, Nicolás, también no vidente. 
El vibrante partido se vivió con mucha emoción y nervios que desbordaban por todos los rincones; todos en frente del televisor. 
Antonio, que juega al fútbol en Popeye, demostró estar más atento que el resto; escuchaba hasta el más mínimo detalle que -quizás- los demás no percibían; lo único que consultaba era la distancia de los tiros libres; su hijo Rubén, que también juega al fútbol para ciegos como arquero, fue su principal guía durante el partido.     

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“Es la misma corazonada”
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Alentando, renegando, reclámandole a los jugadores como cualquier hincha y hasta rogando por una victoria. Así vivió la familia Mendoza el partido de Argentina. “Di María es el único que patea, muy pobre lo de Higuaín”, reclamaba Antonio; “Ay Dios mío”, exclamaba Beatriz, que era la más nerviosa de todos. De estar sentados comiendo pizzas, todos terminaron parados atentos a lo que sucedía en los últimos infartantes minutos de juego ante Suiza. 
“Lo vivimos con la misma corazonada, los mismos sentimientos, el mismo fanatismo que los demás. A veces, cuando no hay mucha gente, lo escuchamos por televisión; si no, por radio. Tenemos que estar muy atentos para no perdernos nada, aunque ya tenemos el oído afinado. Me adapto a cualquier locutor”, contó Antonio. 
Compartir el Mundial en familia es una de las premisas en la casa de Antonio. “Siempre compartimos en la casa de mi hermano, o del hermano de mi señora; las únicas veces que no vemos juntos es cuando tengo que trabajar, esos días nos juntamos recién a la noche, compartimos las jugadas y les pregunto lo que a veces se me pasa, siempre lo conversamos en la mesa”, resumió Antonio.

“Me gusta mucho Messi, por la humildad que tiene. Argentina siempre se destacó por tener astros. Creo que es de otro planeta”. Antonio Mendoza 

“Yo tengo resto visual; entre los dos nos ayudamos, pero él me ayuda más. El se maneja mejor, tiene más afinados los oídos”. Beatriz

Nicolás juega al fútbol para ciegos de delantero y contó: “Me gustan mucho Di María y Messi. En el Mundial siento las mismas emociones que todos”.

Rubén, siempre al servicio de su papá 

Rubén tiene 17 años y comparte mayor tiempo con su papá, porque es el arquero del equipo. “Es lindo ayudar, uno aprende también. Muchas veces los del equipo me preguntan cómo fueron ciertas jugadas de la Selección y yo les muevo sus cuerpos imitando algunos movimientos, para que entiendan bien cómo fue la acción”.
 

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