Un joven, que fue identificado por la Policía como Cristian Lugones, recibió dos impactos de bala en las piernas durante un confuso episodio ocurrido el lunes, pasadas las 19, en la ciudad de Tartagal. El hecho, que tiene todas las características de un ajuste de cuentas, se produjo en la esquina de la calle América y el pasaje Dorrego del barrio Arturo Illia, cuando Lugones a bordo de un automóvil VW Bora color blanco se vio obligado a detener la marcha al ser acorralado por otro vehículo de similares características.
Según testigos, Cristian y el conductor del otro auto se bajaron y cruzaron algunas palabras, y este último sacó un arma y le disparó en dos oportunidades. Luego subió a su auto y huyó del lugar.
Lugones quedó tendido en el piso y fue auxiliado por los vecinos, quienes llamaron a la Policía. Minutos después, una ambulancia trasladó al muchacho al hospital Perón, donde quedó internado.
Luego escuchar el relato del joven los policías recibieron la orden de no tocar el VW Bora último modelo, patente es KVC526, para dar intervención al personal de la División de Drogas Peligrosas.
Lo sospechoso de la situación es que el herido no quiso formalizar ninguna denuncia, lo que hace suponer que conoce a sus atacantes y que el hecho podría estar relacionado con el narcotráfico. A pesar de ello, la Policía se abocó de oficio a la investigación del caso. Hasta las últimas horas de ayer no habían podido determinar quien fue el autor del atentado contra el joven Lugones. En ese sentido los investigadores aguardaban las directivas del fiscal penal Pablo Cabot, quien se encuentra a cargo del suceso, al tiempo que se aguarda la recuperación de Lugones para interrogarlo acerca de lo ocurrido. El ataque se produjo a plena luz del día, despertando pánico entre los vecinos y niños que estaban jugando en la propia esquina donde se produjo el hecho.
Según testigos, Cristian y el conductor del otro auto se bajaron y cruzaron algunas palabras, y este último sacó un arma y le disparó en dos oportunidades. Luego subió a su auto y huyó del lugar.
Lugones quedó tendido en el piso y fue auxiliado por los vecinos, quienes llamaron a la Policía. Minutos después, una ambulancia trasladó al muchacho al hospital Perón, donde quedó internado.
Luego escuchar el relato del joven los policías recibieron la orden de no tocar el VW Bora último modelo, patente es KVC526, para dar intervención al personal de la División de Drogas Peligrosas.
Lo sospechoso de la situación es que el herido no quiso formalizar ninguna denuncia, lo que hace suponer que conoce a sus atacantes y que el hecho podría estar relacionado con el narcotráfico. A pesar de ello, la Policía se abocó de oficio a la investigación del caso. Hasta las últimas horas de ayer no habían podido determinar quien fue el autor del atentado contra el joven Lugones. En ese sentido los investigadores aguardaban las directivas del fiscal penal Pablo Cabot, quien se encuentra a cargo del suceso, al tiempo que se aguarda la recuperación de Lugones para interrogarlo acerca de lo ocurrido. El ataque se produjo a plena luz del día, despertando pánico entre los vecinos y niños que estaban jugando en la propia esquina donde se produjo el hecho.
Un hecho con características mafiosas
El Tribuno pudo saber que luego de los balazos que recibió Cristian Lugones y su resistencia a denunciar lo sucedido, la principal hipótesis que manejan los investigadores es que el hecho tiene las características de un ajuste de cuentas por drogas. Las sospechas se refuerzan con la inmediata presencia de efectivos de Drogas Peligrosas en el lugar del ataque y el inmediato secuestro del automóvil VW Bora, ultimo modelo que conducía Lugones.
Los resultados del peritaje al rodado no se dieron a conocer, pero los agentes narcóticos se abocaron a la tarea de determinar qué tareas desarrollaba la víctima.En tanto los vecinos, que pidieron el resguardo de sus identidades, describieron el episodio como un acto con ingredientes mafiosos, en el que evidentemente el agresor quiso advertir a Lugones de algo turbio. La negativa de la víctima de denunciar a su atacante confirma esta teoría.
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Un joven, que fue identificado por la Policía como Cristian Lugones, recibió dos impactos de bala en las piernas durante un confuso episodio ocurrido el lunes, pasadas las 19, en la ciudad de Tartagal. El hecho, que tiene todas las características de un ajuste de cuentas, se produjo en la esquina de la calle América y el pasaje Dorrego del barrio Arturo Illia, cuando Lugones a bordo de un automóvil VW Bora color blanco se vio obligado a detener la marcha al ser acorralado por otro vehículo de similares características.
Según testigos, Cristian y el conductor del otro auto se bajaron y cruzaron algunas palabras, y este último sacó un arma y le disparó en dos oportunidades. Luego subió a su auto y huyó del lugar.
Lugones quedó tendido en el piso y fue auxiliado por los vecinos, quienes llamaron a la Policía. Minutos después, una ambulancia trasladó al muchacho al hospital Perón, donde quedó internado.
Luego escuchar el relato del joven los policías recibieron la orden de no tocar el VW Bora último modelo, patente es KVC526, para dar intervención al personal de la División de Drogas Peligrosas.
Lo sospechoso de la situación es que el herido no quiso formalizar ninguna denuncia, lo que hace suponer que conoce a sus atacantes y que el hecho podría estar relacionado con el narcotráfico. A pesar de ello, la Policía se abocó de oficio a la investigación del caso. Hasta las últimas horas de ayer no habían podido determinar quien fue el autor del atentado contra el joven Lugones. En ese sentido los investigadores aguardaban las directivas del fiscal penal Pablo Cabot, quien se encuentra a cargo del suceso, al tiempo que se aguarda la recuperación de Lugones para interrogarlo acerca de lo ocurrido. El ataque se produjo a plena luz del día, despertando pánico entre los vecinos y niños que estaban jugando en la propia esquina donde se produjo el hecho.
Según testigos, Cristian y el conductor del otro auto se bajaron y cruzaron algunas palabras, y este último sacó un arma y le disparó en dos oportunidades. Luego subió a su auto y huyó del lugar.
Lugones quedó tendido en el piso y fue auxiliado por los vecinos, quienes llamaron a la Policía. Minutos después, una ambulancia trasladó al muchacho al hospital Perón, donde quedó internado.
Luego escuchar el relato del joven los policías recibieron la orden de no tocar el VW Bora último modelo, patente es KVC526, para dar intervención al personal de la División de Drogas Peligrosas.
Lo sospechoso de la situación es que el herido no quiso formalizar ninguna denuncia, lo que hace suponer que conoce a sus atacantes y que el hecho podría estar relacionado con el narcotráfico. A pesar de ello, la Policía se abocó de oficio a la investigación del caso. Hasta las últimas horas de ayer no habían podido determinar quien fue el autor del atentado contra el joven Lugones. En ese sentido los investigadores aguardaban las directivas del fiscal penal Pablo Cabot, quien se encuentra a cargo del suceso, al tiempo que se aguarda la recuperación de Lugones para interrogarlo acerca de lo ocurrido. El ataque se produjo a plena luz del día, despertando pánico entre los vecinos y niños que estaban jugando en la propia esquina donde se produjo el hecho.
Un hecho con características mafiosas
El Tribuno pudo saber que luego de los balazos que recibió Cristian Lugones y su resistencia a denunciar lo sucedido, la principal hipótesis que manejan los investigadores es que el hecho tiene las características de un ajuste de cuentas por drogas. Las sospechas se refuerzan con la inmediata presencia de efectivos de Drogas Peligrosas en el lugar del ataque y el inmediato secuestro del automóvil VW Bora, ultimo modelo que conducía Lugones.
Los resultados del peritaje al rodado no se dieron a conocer, pero los agentes narcóticos se abocaron a la tarea de determinar qué tareas desarrollaba la víctima.En tanto los vecinos, que pidieron el resguardo de sus identidades, describieron el episodio como un acto con ingredientes mafiosos, en el que evidentemente el agresor quiso advertir a Lugones de algo turbio. La negativa de la víctima de denunciar a su atacante confirma esta teoría.
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