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El 20 de junio pasado, día de nuestra Bandera Nacional-, recorrí más o menos 50 cuadras por la ciudad y algunos barrios. Conté 25 banderas colocadas en los frentes de casa y comercios. Esto ocurre en todas las fechas patrias. Lamentablemente, esta costumbre nacional parece que está en vías de extinción.
Qué diferentes eran los tiempos de antes, como se dice.
Recuerdo que una madrugada, hace mucho tiempo, mi Tata y yo mateábamos en nuestro campamento porque éramos hacheros, y me dijo:
- Hoy día Ud. no trabajará. Irá a don Aguirre y le pedirá la escopeta y un cartucho.
Don Aguirre era un puestero amigo y tenía su rancho a dos leguas. Mi Tata me recomendó ir con cuidado y que lleve dos perros como acompañantes.
Caía la tarde cuando estábamos de regreso con la escopeta y un par de tortillas, obsequio de la esposa de don Aguirre.
Al día siguiente, como de costumbre, antes de que amaneciera, mateábamos a la orilla del fuego. Cuando las charatas bochincheras despertaban el monte, mi Tata cargó la escopeta y disparó al aire.
- Hoy es el 9 de Julio de 1946, ,me dijo emocionado.
Yo no entendía nada.
El monte retumbaba como uniéndose al festejo. Mi Tata me explicó el significado de ese día. El había ido hasta segundo grado y su maestro Benito le había enseñado el sentido de Patria, trabajo, bandera, himno, de Tata Dios y, a su vez, él, un humilde hachero, fue mi maestro. Entonces yo no sabía leer.
Ojalá que en nosotros se renueve el sentimiento de amor a la Patria, de amor y servicio, que es la manera de amar a la humanidad. Que en toda Salta el próximo 9 de Julio, día de la declaración de la independencia, resplandezca mi querida bandera celeste y blanca.
Feliz 9 de Julio!