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Al DT de la Selección argentina, Alejandro Sabella, no hay que contarle nada que ya no sepa de Holanda: la explosiva combinación de repentización, cerebro, gambeta y velocidad de su crack Arjen Robben, el letal poder goleador de Robin van Persie y la prolífica disciplina táctica de la máquina naranja, rival que tendrá en frente Argentina el miércoles.
Sin embargo, Pachorra y sus dirigidos también tendrán que cuidarse de la estrategia de un “viejo zorro”, como lo es el DT de los europeos, Louis van Gaal, quien conoce a la perfección cómo ganar una instancia definitoria apelando a ese “plus” que suele prevalecer desde la estrategia y las agallas. Cuando el partido con Costa Rica se moría y Holanda desperdiciaba la gran oportunidad de volver a jugar una semifinal con una victoria en 120 minutos, el entrenador holandés tuvo la suficiente lucidez como para cambiar a su arquero e incluir a otro, supuestamente “especialista” en penales, quien terminó siendo la gran figura desde los doce pasos: Tim Krul. Si bien el suplente de Cillessen fue héroe ante los ticos, tampoco sus antecedentes lo respaldaban demasiado (atajó solo 2 de los últimos 20 penales en el Newcasttle de Inglaterra), por lo que la decisión terminó siendo también una jugada psicológica del estratega holandés, que volverá a usar el mismo recurso en caso de llegar a los penales el miércoles ante Argentina: aprovechar el “agrande” de su lungo arquero suplente.
La “psicológica” en las finales
En instancias decisivas de una Copa del Mundo, la “cabeza” y el estado anímico suelen jugar, en muchos casos, más fuerte que las piernas mismas; y aumenta a medida que se incrementa el stress emocional dado por la presión de ganar. Es lo que los psicólogos del deporte fundamentan con innumerables tesis.
Así como Louis van Gaal “agrandó” y potenció a su arquero suplente y predispuso al rival antes de la tanda de los penales en los cuartos de final frente a Costa Rica, Argentina también supo ser víctima y victimario de aquellos hechos fortuitos que “tiran para abajo” en instancias culmine de una competencia de elite. Y son esas mismas circunstancias las que determinan un antes y un después en la historia, más aún en duelos de marcada paridad. Desde la expulsión por doping de Diego Maradona en Estados Unidos 94, pasando por el cabezazo de Ariel Ortega a van Der Saar en Francia 98 y la lesión de un otrora especialista de penales, como Roberto Abbondanzieri, en Alemania 2006 fueron algunos sucesos que en diferentes épocas terminaron golpeando los ánimos grupales de una selección y desembocaron en duras eliminaciones en mundiales.