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El Principito un vuelo que nunca termina

Domingo, 03 de agosto de 2014 00:31
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Lectores de todo el mundo recordaron en las últimas horas a Antoine de Saint-Exupéry, en el 70º aniversario de su muerte, ocurrida el 31 de julio de 1944, en el mar Mediterráneo. El escritor, que era además un piloto experimentado, realizaba un vuelo de reconocimiento a bordo de un Lockheed Lightsning P-38 en la recta final de la Segunda Guerra Mundial.
Su cuerpo, perdido en la inmensidad del mar, cerca de las costas de Marsella, nunca se encontró. En 1998, un pescador encontró entre sus redes una pulsera de oro con el nombre de Antoine de Saint-Exupéry y unos años después, un submarino rescató del fondo del mar los restos del avión que él pilotaba (restos que pueden verse en el Museo del Aire de Le Bourget, cercano a París). Pero no sería hasta 2008 cuando se conseguiría cerrar el capítulo sobre la muerte del escritor. El piloto alemán Horst Rippert declaró ese año a un periódico francés que era el autor de los disparos que derribaron el avión. El mismo había visto caer la aeronave al agua, aunque no sabía que habría pasado con quien iba dentro y aseguró que "de haber sabido que era Saint-Exupéry, no habría derribado ese avión".
En 1926 publicó su primera novela breve "El aviador"; le siguieron "Tierra de hombres" y "Piloto de guerra" (1942) o "Carta a un rehén", entre otras obras. En Nueva York se dedicó a un retiro literario en el que escribió "El Principito", en 1943, la fábula infantil ilustrada por él mismo fue la que le dio la fama mundial. La fama del libro aumentó tras su muerte y hoy es el libro en francés más leído y traducido. Son más de 250 los idiomas en los que es posible leer la obra; también en braille. El último idioma en sumarse a esta larga lista, coincidiendo con el aniversario de la muerte del autor, fue el otomí, lengua indígena mexicana.

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