Es salteña y reside en París desde hace 39 años. Ella cuenta lo que se siente en estos momentos en la Ciudad Luz. Habla del miedo y del valor de los parisinos que el miércoles pasado marcharon al grito de ¡Soy Charlie!, por el semanario Charlie Hebdo, que ese día sufrió un atentado en el que murieron 12 personas.
¿Cómo vivís estos momentos?
De manera muy dolorosa, como si hubiese perdido un familiar, eran gente muy conocida, grandes provocadores, pero grandes pacifistas, con ansias enormes de libertad, de libertad democrática. Por el momento, solo el dolor se hace carne, pero más tarde seguramente surgirán resentimientos y cuestionamientos. Hoy solo el corazón, el vientre hablan a través de la pena de toda esta gente que se reúne en un acompañamiento nacional.
¿Hay temor en las calles de París?
No ¡definitivamente no! La gente hoy no tiene miedo, al menos así lo expresan y yo misma lo afirmo. Porque lo siento. Dicho esto, sí hay temor a la sociedad que nos están llevando; sí crean temor, ansias, cuestionamientos, interrogaciones, miedo. Y también puede crear un clima terrible de sospecha y discriminación, llevándonos a un racismo que no se esconde más en nuestros pueblos europeos.
Ayer hubo manifestaciones de repudio...
No sé cómo se hicieron, pero toda Francia se reunió en algún lado a manifestar el horror, la resistencia. Afuera o en casa, éramos todos Je suis Charlie. Soy Charlie. A la hora en que sucedió, mi marido estaba a 200 metros del atentado. Vio de lejos lo que pasaba y no quiso que saliéramos ayer ni hoy. Pero fue una avalancha.
¿Qué opina la gente?
¿Qué gente? ¿Los franceses? ¿Los musulmanes franceses? ¿Los que están en contra? Hay mucha gente distinta y los comentarios, si bien son casi unánimes en la dignidad, hay voces que se elevan para reclamar venganza de una parte y otras que justifican lo que sucede, porque no se puede insultar al profeta. Acabo de escuchar que los padres de una niña musulmana debieron ir a buscarla a la escuela porque fue apedreada por su condición. Se atacaron ya algunos lugares por venganza. Hay tiros, balas, violencia. Creo que la gente vive el trauma del horror, rechaza y resiste y no quiere amalgamar. Los partidos políticos están en esta vía constructiva para combatir la barbarie. Pero no sé qué pasara más adelante. Me acuerdo de lo que opinaba la gente cuando fue la guerra de Irak y no era bueno. No debemos repetir eso porque una cosa son los islamitas y otra muy distinta los musulmanes. Pero sí es cierto que más y más musulmanes se radicalizan, como también jóvenes europeos de ese origen, y que lo hacen de la misma manera y pasan a lo indecible.
¿Te sentiste discriminada alguna vez en Francia?
No, jamás, aún siendo de un tipo mediterráneo, que bien podría pasar por musulmana árabe.
¿Cómo creés que sigue esto?
Todos en los medios piden y hablan de solidaridad, de libertad, de respeto y no de amalgama. Pero, ¿qué pasará? No sé, esto es imprevisible y todo puede suceder cuando salgamos del estupor. Confío en este pueblo extraordinario para superar, como hasta ahora, con dignidad, esta fractura.
¿Hay pánico?, ¿te sentís segura?
Respecto a este hecho, sí, me siento segura. No hay pánico, no lo tendremos. Resistimos y resistiremos la mayor parte de este pueblo. Otros destruyeron torres y vidas, éstos intentan destruir la palabra, las ideas, la libertad, el mensaje, en 12 vidas. Pero estamos todos de pie. Alguien acaba de recordarme Las ideas no se matan. Es cierto que ellos no destruirán nuestros valores pase lo que pase. Seremos más fuertes en la adversidad. Pero también sabemos que la bestia no está muerta y que tiene muchas cabezas... Resistiremos...