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12 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Macarena, una salteña que se arriesgó y ganó en Río de Janeiro

Domingo, 11 de octubre de 2015 00:00
Macarena junto a su hermana en la playa Prainhas do Pontal, Arraial do Cabo, el mes pasado. 
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"Tuve miedo, al principio, por ir a un lugar totalmente distinto y viajar a otro país. Cuando volví a Salta a los seis meses de estar cursando en Río no me quería volver, pero decidí continuar. Quise saber de qué se trataba esta nueva oportunidad". Lo dice segura, sin titubear. Se llama Macarena Moyano Dip, es salteña y hace más de cinco años vive en Río de Janeiro. La oportunidad surgió en la búsqueda de ejercer su profesión. Así la palabra oportunidad se transformó en la palabra Brasil.
Desembarcó en la "cidade maravilhosa" en junio de 2010. Había egresado de la Universidad Nacional de Salta como ingeniera química. Una profesora le sugirió inscribirse para cursar una maestría en Río por dos años y luego regresar. El primer objetivo lo logró en julio de 2012: consiguió la maestría en Ciencias y Tecnología de Polímeros en la Universidad Federal de Río de Janeiro. Pero, en el camino, descubrió una ciudad que la abrazó y que también le acercó otras posibilidades.
Macarena cursa actualmente el doctorado en la misma universidad, en un instituto enfocado en el estudio de polímeros. "Es un tipo de macromoléculas. En el laboratorio en el que desarrollo mi tesis trabajan buscando soluciones para la industria del petróleo. Personalmente, estudio la deposición de naftenatos de calcio, viendo si encuentro moléculas que ayuden a evitar el problema", le contó a El Tribuno Maquinha, como la llaman sus amigos en Río. También es Maca, como le dicen sus amigas en Salta.
Esta joven profesional, según sus amigas, además de ser inteligente, carismática y parlanchina, siempre tuvo facilidad con las ciencias duras. Afrontar nuevos desafíos parece ser otra de sus cualidades. La joven aseguró que hoy ya está adaptada a la vida y a la ciudad carioca, aunque los primeros meses no fueron fáciles. "Cuando llegué, lo que más me llamó la atención fue el tamaño de la ciudad. Salta es tranquila, en cambio aquí siempre hay mucha gente yendo de acá para allá, muchos colectivos, todo siempre en movimiento. Aún hoy, eso, me sigue llamando la atención", contó.
Maca cree que lo más valioso que puede transmitir con su experiencia "es que si hay jóvenes que lean esta nota y no consideraban la posibilidad de estudiar fuera del país, de formarse, de perfeccionarse con estudios de postgrado les diría que se animen".
La ingeniera destacó que entre las principales cualidades de los cariocas "es que son muy receptivos. Eso percibí cuando llegué a Río y me ayudó a adaptarme. También saben bailar muy bien", dijo entre risas. Agregó que en materia educativa observa que en Brasil hay una mayor apertura y fomento para que los jóvenes hagan intercambios con otros países. "Creo que es importante impulsar eso en todos los países, porque te permite mejorar como país y saber qué es lo que hacemos mejor", reflexionó. El regreso a Salta no está tan claro: "Me gustaría mucho volver, solo que no se si Salta tiene oportunidades para mi y para mi pareja Igor", expresó.
Entre la samba y el rock, el folclore de la nostalgia
Hacia el sexto año de residencia en la ciudad carioca, Macarena no deja de añorar su tierra natal. Cebarse un mate con yerba que compró en su último viaje por Salta o que su familia le envió, mientras estudia. También sirve de antídoto cuando extraña a su familia o a su seres queridos que quedaron a miles de kilómetros. Preparar el desayuno de los fines de semana donde seguro hay un poquito de dulce de leche argentino; y quizás en la cena, una copa de vino salteño le permiten volver a su país, a su "saltita".
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En la ciudad de Niteroi junto a un grupo de amigos, antes de ver un show de samba este año, en mayo.

La música es la forma de relacionarse con la ciudad de los encantos. La samba, declaró, que es el género que más le gusta y que disfruta en salidas con su pareja o su grupo de amigos. Durante el día, el rock nacional invade su departamento, y cuando se cuela la nostalgia el folclore salteño la envuelve con acordes que le traen a la memoria los paseos típicos de esta ciudad. La plaza 9 de Julio, la Catedral y el Cabildo. Hacia la gastronomía también. "No hay como las empanadas salteñas, y obvio los tamales", lo dice casi reconociendo en cada sílaba los ingredientes de las preparaciones regionales, típicas del Noa. "Extraño principalmente la familia y los amigos. También la tranquilidad de la ciudad, la siestas que hacía en la casa de mis padres y también, a veces, el frío. Aquí siempre hace calor, pero frío como allá no. También los cerros nevados", describió la ingeniera.
Lejos del pago, en su proceso de adaptación, también incorporó el idioma a la fuerza, pero sin dificultades. Algunas costumbres brasileñas también. Por ejemplo toma más café que antes y encontrarle el gusto a la gastronomía no fue nada difícil. "La feijoada es una preparación con porotos y es muy rica. Casi siempre la consumo y es un plato típico que hay que probar si se visita Brasil. El arroz y los porotos son la base de cualquier plato", contó.
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Macarena junto a su pareja Igor alentó a la Selección Nacional en el Maracana.



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