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Enfermedades colaterales: desnutrición y bajo peso

Martes, 13 de octubre de 2015 00:00
Leve a moderada, es la calificación que recibe una de las llamadas enfermedades colaterales o comorbilidades que tiene la adicción: la desnutrición.
"El 70% de los pacientes de 15 a 17 años que ingresa, sin dudas, presenta un cuadro de desnutrición", dijo Dorys Flores, jefa de la UDH (Unidad de Desintoxicación Hospitalaria) a El Tribuno.
El bajo peso es una constante en muchos adolescentes adictos y una de las mayores preocupaciones de los médicos.
"Los adictos son personas que, en su mayoría, padecen enfermedades como consecuencia del consumo de drogas. La desnutrición es una de ellas y en la adolescencia implica un consumo que se inició desde la niñez", explicaron los especialistas.
La falta de hábitos saludables se refleja también en la falta de asistencia a clases o bien en la manera en la que viven algunos de los adictos: en situación de calle.
La adicción en estado avanzado propicia que muchas personas que la padecen desatiendan la alimentación. En Salta, esta realidad preocupa cada día más.
Una nutrición balanceada ayuda a mejorar el estado de ánimo y de la salud. Los especialistas coinciden en la necesidad de estimular una alimentación saludable, sobre todo en personas que atraviesan un proceso de recuperación del consumo de sustancias.
"Ser adicto en muchos casos es sinónimo de vulnerabilidad social. No comen, no van a la escuela, viven bajo un puente o bien se escapan de los hogares con los que cuenta el Estado para contenerlos", comentaron especialistas.

OPINION: POR RODRIGO GIMÉNEZ LASCANO
El consumo antes de la pubertad
El consumo de sustancias en el contexto de Salta, es un fenómeno complejo y multicausal, que implica la interdependencia de discursos y factores diversos como son los biológicos, psicológicos, sociales, jurídicos, económicos, políticos y culturales, con particularidades individuales, familiares y de contexto que le otorgan formas diferentes en la construcción de su imagen social.
La mayor morbimortalidad en la provincia está ligada al consumo de alcohol, que genera ingresos a las guardias, heridas, accidentes de tránsito, muertes, violencia familiar o peleas y es una sustancia totalmente lícita.
Por eso es que hoy los que trabajan en adicciones, encaran el fenómeno desde la problemática del consumidor, más que desde la sustancia, ya que si sale una sustancia del mercado, se consume otra.
Si bien el consumo problemático de sustancias prevalece en la adolescencia, la edad de comienzo se sitúa ahora antes de la pubertad. Hay una alta incidencia en la población de jóvenes adultos y sin distinción de estratos sociales.
La prevención y el tratamiento del consumo en Salta están siendo actualmente encarados, reconociendo esta complejidad y a partir de tres conceptos básicos, como son la interdisciplina, la intersectorialidad y la interistitucionalidad, teniendo como importante la ausencia de sustancias, pero no siendo el eje central ni exclusivo de las intervenciones y considerando el trabajo comunitario como el lugar estratégico principal.
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Leve a moderada, es la calificación que recibe una de las llamadas enfermedades colaterales o comorbilidades que tiene la adicción: la desnutrición.
"El 70% de los pacientes de 15 a 17 años que ingresa, sin dudas, presenta un cuadro de desnutrición", dijo Dorys Flores, jefa de la UDH (Unidad de Desintoxicación Hospitalaria) a El Tribuno.
El bajo peso es una constante en muchos adolescentes adictos y una de las mayores preocupaciones de los médicos.
"Los adictos son personas que, en su mayoría, padecen enfermedades como consecuencia del consumo de drogas. La desnutrición es una de ellas y en la adolescencia implica un consumo que se inició desde la niñez", explicaron los especialistas.
La falta de hábitos saludables se refleja también en la falta de asistencia a clases o bien en la manera en la que viven algunos de los adictos: en situación de calle.
La adicción en estado avanzado propicia que muchas personas que la padecen desatiendan la alimentación. En Salta, esta realidad preocupa cada día más.
Una nutrición balanceada ayuda a mejorar el estado de ánimo y de la salud. Los especialistas coinciden en la necesidad de estimular una alimentación saludable, sobre todo en personas que atraviesan un proceso de recuperación del consumo de sustancias.
"Ser adicto en muchos casos es sinónimo de vulnerabilidad social. No comen, no van a la escuela, viven bajo un puente o bien se escapan de los hogares con los que cuenta el Estado para contenerlos", comentaron especialistas.

OPINION: POR RODRIGO GIMÉNEZ LASCANO
El consumo antes de la pubertad
El consumo de sustancias en el contexto de Salta, es un fenómeno complejo y multicausal, que implica la interdependencia de discursos y factores diversos como son los biológicos, psicológicos, sociales, jurídicos, económicos, políticos y culturales, con particularidades individuales, familiares y de contexto que le otorgan formas diferentes en la construcción de su imagen social.
La mayor morbimortalidad en la provincia está ligada al consumo de alcohol, que genera ingresos a las guardias, heridas, accidentes de tránsito, muertes, violencia familiar o peleas y es una sustancia totalmente lícita.
Por eso es que hoy los que trabajan en adicciones, encaran el fenómeno desde la problemática del consumidor, más que desde la sustancia, ya que si sale una sustancia del mercado, se consume otra.
Si bien el consumo problemático de sustancias prevalece en la adolescencia, la edad de comienzo se sitúa ahora antes de la pubertad. Hay una alta incidencia en la población de jóvenes adultos y sin distinción de estratos sociales.
La prevención y el tratamiento del consumo en Salta están siendo actualmente encarados, reconociendo esta complejidad y a partir de tres conceptos básicos, como son la interdisciplina, la intersectorialidad y la interistitucionalidad, teniendo como importante la ausencia de sustancias, pero no siendo el eje central ni exclusivo de las intervenciones y considerando el trabajo comunitario como el lugar estratégico principal.
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